1 Tesalonicenses 5:23

Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Tesalonicenses 5:23

 

PADRE NUESTRO, DESEAMOS que nuestras vidas sean completas e integrales. Deseamos salud física para nuestros amigos, nuestra familia y para nosotros mismos. Te pedimos que hagas lo que sólo Tú puedes hacer: traer sanidad a nuestra mente, alma y cuerpo. Los doctores pueden dar prescripciones médicas, pero solo Tú puedes sanar. Deseamos tener una mente sana, de tal forma que un pensamiento lleve al siguiente de manera lógica y adecuada. Ayúdanos a tomar buenas decisiones. Danos el valor y la convicción para defender lo que sabemos que es correcto en un mundo que se ha desviado demasiado lejos de Ti. Deseamos también estar bien emocionalmente y poder soportar los golpes de la aflicción. Aun cuando nos malentiendan o nos calumnien, danos la determinación para seguir adelante. Pedimos por el bienestar emocional para así poder tener relaciones verdaderas, e íntimas, que no sean hipócritas o inseguras.

Y Padre, por encima de todo ello, te pedimos por la salud de nuestras almas. Haz una incisión profunda donde el bisturí de Tu Palabra pueda penetrar nuestra alma y nuestro espíritu para sanarnos. Que no busquemos aquellas cosas que nos hacen daño, sino que te sigamos a Ti, solamente. Oramos en el nombre de aquél que puede restaurarnos. Amén.

Véase también Deuteronomio 6:5; Marcos 12:30; Lucas 2:52; 3 Juan 2.

 

UN ESPÍRITU TRIUNFANTE

Cáncer. Hasta la palabra misma tiene un sisear en ella. Cuando el doctor utiliza el término, se nos revuelve el estómago inmediatamente. El corazón palpita rápidamente y la cabeza empieza a dar vueltas. Tenemos que contarles a la familia y algunos amigos cercanos y entonces comienza un proceso de creer lo increíble. Palabras como «incurable», «terminal», «tratamientos» y «terapia», llenan los pensamientos de la persona mientras permanece despierta en la noche. Por primera vez en la vida de esa persona, se siente mortal. La oración ya no es una teoría teológica.

Aun cuando su cuerpo tenga la enfermedad, es bueno tener la determinación de no permitir que conquiste su mente. Eso es algo bueno. Aunque su salud quizá tenga sus altas y bajas, su espíritu puede sentirse triunfante. Más que una sanidad milagrosa, uno desea una mente así. Entonces, ¿qué se puede hacer? Dígale a Dios que tiene una emergencia: «Señor, tengo cáncer y necesito Tu sabiduría diariamente». En ese momento, Él comienza a dársela. Y desde ese momento en adelante, usted acepta el regalo de la sabiduría de Dios por medio de la Biblia y se apoya en la fortaleza de Dios para ese día. Rápidamente descubre que el mayor enemigo no es la enfermedad si no esos sentimientos sutiles de desesperación, esos ladrones de la paz. Usted debe apoyarse en la sabiduría de Dios para poder sobrevivir un día más, y luego el siguiente, y el siguiente.

Quizás usted se sane, o quizás no. No lo olvide, cualquiera que sea la decisión soberana de Dios esa se hará. Pero mientras tanto, usted puede transformarse en una persona íntegra de carácter maduro.

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.