Éxodo 19: 1-15

Tan, pero tan grande debió ser este respecto por la santa presencia de Dios, que nadie debía siquiera tocar la montaña. El pueblo tenía que esperar a que Dios le hablara a Moisés y escuchar las palabras del Señor a través de su siervo.

¡Qué recordatorio tan necesario! Esta historia muestra claramente que vivimos en un tiempo donde el concepto de Dios es lastimosamente frívolo. Cierta música cristiana contemporánea deja la impresión de que Dios es nuestro igual, un amigo que nos viene de perlas cuando nos encontramos en un apuro. Cierta estrella del cine dijo una vez de Dios: «Él es mi ‘papazote’ que tengo en el piso de arriba». Y un cantante de música popular se pregunta: «¿Y si Dios fuera un patán como nosotros?» Ese no es el concepto bíblico de Dios. Ese es el débil intento humano de hacer a Dios pertinente.

Los puritanos, un riguroso pueblo de antaño, tenía un concepto de Dios sólidamente bíblico. ¿Sabe usted por qué es tan importante que recuperemos ese respetuoso concepto? Porque un concepto superficial de Dios lleva a una vida superficial. Desvalorice a Dios, y desvalorizará su vida. Trate a Dios frívolamente, y usted se volverá una persona frívola. Pero tenga el más profundo respecto por Dios, y verá cuán profundas se volverán las raíces de su vida espiritual.

Dios es santo. Excelso. Él es el único y sabio Dios, el Creador, el Hacedor, el Señor soberano. Él es el amo. Él me dice lo que tengo que hacer, y no tengo más opción de hacerlo. Él no ofrece ninguna alternativa, ninguna multiplicidad de posibilidades. No tenemos sino una sola orden, que es hacer Su voluntad. Y reafirmamos esa verdad en nuestros momentos con Él.

Pero no se lo ve así hoy en día; hoy en día Él es nuestro igual, nuestro comprensivo camarada, nuestro siempre confiable paje de hotel. ¡No, no lo es! El Señor es nuestro Dios. Él no se somete a nuestro paso apresurado, sino que espera en silencio que nosotros cumplamos con sus demandas. Una vez que aflojamos el paso lo suficientemente como para encontrarnos con Él; Él se deleita dándonos una increíble profundidad espiritual para que nuestras vidas no sean superficiales.

¿Cuál ha sido su concepto del Señor? ¿Quién es su Dios? Sea sincero en este momento. ¿Se parece él al Dios del monte Sinaí?

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.