Proverbios 10, 15-17, 25-27

Salomón dijo tanto acerca de la lengua que es imposible digerir todo en una semana. Y ya que este órgano que llamamos lengua nos da tantas dificultades, es importante hablar del tema una segunda vez, desde una perspectiva más positiva.

En los devocionales anteriores examinamos varias razones por las cuales debemos refrenar la lengua. Santiago 3:2 dice: «Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, este es hombre cabal, capaz también de frenar al cuerpo entero». En otras palabras, una lengua controlada es una marca de madurez. Sobre esta base, no hay muchas personas que puedan ser «maduras».

En los devocionales anteriores descubrimos cinco formas negativas en que la lengua puede ser utilizada:

  1. Lisonja engañosa
  2. Chisme y calumnia
  3. Discusiones, pleitos y palabras airadas
  4. Jactancia
  5. Hablar por hablar

Es una lista muy desagradable que nos compunge. De hecho, no hay muchos temas que nos compunjan tanto como este. Aprender a conversar de manera constructiva en vez de permitir que nuestra lengua dañe nuestras relaciones es un desafío continuo. Afortunadamente, la lengua puede convertirse en un instrumento maravilloso de gracia, paz, amor y bondad. En los siguientes devocionales nos enfocaremos en los aspectos positivos de una conversación y veremos cómo los dichos de Salomón alivian ese afán de la lengua descontrolada.

Reflexión: Piense en alguien que conozca, cuya conversación generalmente tiene un impacto positivo en los demás y crea un ambiente placentero. ¿De qué habla generalmente esta persona? ¿Con qué frecuencia la escucha mencionar aspectos negativos, de crítica o de queja? Analice a esta persona y note la reacción que recibe de los demás.

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.