Hechos 11: 19—26

En todo ministerio hay, por lo menos, tres cosas fundamentales que producen una atmósfera de gozosa cooperación. Ellas son: los objetivos, las personas y los lugares.

Primero: Lo que Dios planifica, Él lo lleva adelante. Eso tiene que ver con los objetivos del ministerio. No hay nada malo en tener una declaración de misión claramente definida que dé dirección y propósito a la visión de un ministerio. En realidad, todo está bien con esto siempre y cuando sea el Señor quién dé la orientación. El plan de Dios se revela de maneras que confunden a la sabiduría humana, y que a veces desafían el sentido común. Pero es su plan. sus objetivos son fundamentales cuando son sus objetivos, no los nuestros.

Segundo: A quién Dios elige, Él utiliza. eso tiene que ver con las personas del ministerio. Y de apresurarme añadir que las personas que Dios elige jamás son perfectas. Eso nos incluye a usted y a mí. De hecho, demostramos ser más útiles al Señor cuando aceptamos esta realidad y confiamos en Él con todas nuestras imperfecciones.

Tercero: Adonde Dios elige, Él envía. Eso tiene que ver con los lugares del ministerio. A mí me gustaría que Él enviará todos los grandes a mi Iglesia, Stonebriar Community Church. Y también quisiera que ninguno de ellos se marchara. Pero ese deseo está basado en mi limitada perspectiva humana. Yo nunca hice esta oración, pero he tenido la tentación de hacerla: «Señor, envíanos solo a los grandes y mantenlos aquí para siempre. No te lo lleves a ninguna otra parte». (¡Como no soy perfecto, soy capaz de decir unas cuantas oraciones egoístas!).

Sin embargo, el plan de Dios incluye sacar a las personas muy talentosas de entre nosotros y enviarlas a otras partes. Los caminos del Señor no son nuestros caminos. Sus lugares no son los lugares que a nosotros nos gustaría ir por nuestra propia cuenta. Pero nada de eso importa. Lo único que importa es esto: Dios envía a las personas que Él escoge, a los lugares que Él escoge. Cuanto más rápidamente aceptemos esa verdad, más contentamiento tendremos.

Un ministerio unido es siempre una aventura. Implica aceptar cambios. Involucra a mantener la flexibilidad. Significa caminar con Dios a través de circunstancias sorprendentes que Él ha dispuesto. Bernabé necesitaba ayuda. El trabajo era demasiado para un hombre con muchos talentos, pero limitado. Saulo se puso en la brecha, y juntos revolucionaron a Antioquía para Cristo.

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.