Un nuevo comienzo

Hechos 9: 10—19

No importa lo que usted haya hecho, nadie está más allá de la esperanza. Esa es la gran esperanza del mensaje cristiano. Ninguna cantidad o magnitud de pecado que haya en su pasado podrá ganarle a la gracia de Dios. Si pone en duda esto, recuerde a Saulo, el sanguinario fariseo de Tarso. Cuando el Señor lo salvó, no lo puso en libertad condicional. Eso hicieron los otros discípulos, pero Dios no. Él le dio a Saulo un nuevo nombre y también lo convirtió en una nueva criatura. ¡Eso es lo que hace maravillosa a la gracia!

Aunque usted tenga un pasado deshonroso, puede encontrar un nuevo comienzo con Dios. Esto es lo que siempre he dicho a lo largo de mi ministerio. Nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer lo correcto. Cuando Saulo se arrodilló delante del Dios vivo, finalmente enfrentó la realidad de su pecado. Dios hizo en él una transformación profunda, y comenzó a hacer lo correcto. Es que la gracia da ese nuevo comienzo.

No se quede donde estuvo. No pierda su tiempo pensando solo en lo que usted era. Recuerde que la esperanza que tenemos en Cristo significa que hay un mañana más brillante, porque sus pecados han sido perdonados. Su culpa ha sido cancelada. Ya no estamos encadenados al profundo y oscuro abismo del pasado. La gracia nos da alas para remontarnos muy por encima de ese abismo.

¿Será que hay algo en su pasado que no le deja avanzar? Tal vez humillación, la vergüenza y el temor que esto le produce le tiene inmovilizado. Eso le paraliza, y lo más que puede hacer es renquear cada día, con la esperanza de tener un final que no le cause dolor. Esa manera de pensar viene de Satanás, nuestro enemigo. A él le encanta humillarle al máximo, con la esperanza de que usted no haga uso del maravilloso privilegio de la gracia.

No le permita ese poder en su vida hoy. A su alrededor hay personas que no tienen más derecho a la gracia que usted, y el Señor las sacó de su abismo de pecado. Si Él pudo transformar a Saulo de Tarso, que estaba dedicado a una violencia asesina, en Pablo el apóstol que predicó y vivió el mensaje de la gracia, también puede transformar su vida.