Hechos 14: 1—20

En su libro titulado Man’s Search for Meaning (La búsqueda humana del significado de las cosas) Viktor Frankl escribió estas admirables palabras:

Nosotros, que tuvimos la experiencia de vivir en los campos de concentración, podemos recordar a los hombres que venían a las barracas para consolar a los demás, desprendiéndose de sus últimos pedazos de pan. Puede que hayan sido numéricamente pocos, pero ofrecen una prueba suficiente de que a un hombre se le puede quitar todo, menos una cosa: La última de sus libertades es elegir su actitud en cualquier circunstancia que se encuentre, elegir su propio modo de obrar.

Estoy absolutamente de acuerdo. Estamos haciendo decisiones en cada momento del día. Cuando despertamos en la mañana, elegimos la actitud que al final guiar a nuestras acciones y nuestros pensamientos a lo largo de la jornada. Estoy convencido de que nuestras mejores actitudes surgen de una comprensión clara de nuestra propia identidad, de un sentido claro de nuestra misión divina y de un profundo sentido del propósito de Dios para nuestra vida. Esa es la clase de actitud que honra a Dios y que nos anima a seguir adelante a enfocarnos en la meta y a responder de manera excepcional a las circunstancias más difíciles de la vida.

Esa fue la clase de actitud excepcional que mantuvieron Pablo y Bernabé a lo largo de su viaje misionero. Los dos siervos de Antioquía enfrentaron y vencieron infinidad de obstáculos con la determinación inquebrantable de permanecer centrados en la meta.

Todos necesitamos tener un plan para enfrentar las circunstancias más difíciles. La amenazante situación que tiene ahora frente a usted puede que sea corregible, o tal vez imposible de superar con sus propias fuerzas. Es posible que sea el resultado de sus propias acciones, o quizás sea usted una víctima inocente que está recibiendo las consecuencias de lo que hizo otra persona. Sea cual sea el caso, podemos ser intimidados e incluso acobardarnos, y al final quedar paralizados frente a tales obstáculos. la única manera de superar esta clase de paralizante estancamiento es aprender a aceptar y a confiar en el plan de Dios. Renuncia a tener el control, y espere que Él actúe; y mientras espera, mantenga una buena actitud.

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.