¿Alguna vez se pregunta de dónde vienen todos esos cantos e himnos que entonamos sin pensar? Es decir, aquellos que parecen asomarse de ninguna parte cuando uno va conduciendo el automóvil. De cuando en cuando se asoman inesperadamente.

Con el correr de los años, los cantos e himnos con que crecimos y aprendimos en nuestra adolescencia han quedado encerrados en nuestro cerebro y se han vuelto residentes permanentes en nuestra mente. Su letra ayudó a forjar nuestra teología, nuestra comprensión de Dios, y la relación personal que Él quiere tener con nosotros. Se han vuelto parte de nosotros, influyendo nuestra manera de pensar y vivir.

De una manera incluso más profunda, la Palabra de Dios ha quedado grabada en nuestra vida. Las Escrituras han quedado grabadas en nuestra mente y corazón, penetrando profundamente en nuestra alma, forjando y transformando lo que somos. Gradualmente, incluso sin que lo notáramos, nos han cambiado, influyendo nuestras decisiones y actitudes. No muy diferente de los cantos que entonamos espontáneamente, la Palabra de Dios ha echado raíces profundas, convirtiéndose en una brújula instintiva que guía y dirige.

Muchos cristianos tratan de vivir sin tomar en serio la Biblia. Hablamos de su importancia en público, en tanto que en privado rara vez la aprendemos de memoria o abrimos sus pastas. Pero, ¿cómo podemos esperar vivir sin ella? Si no sabemos la Palabra de Dios, de buen grado aceptamos una vida de ignorancia de su voluntad y dirección para nuestras vidas. También enfrentamos el peligro muy real de sin saberlo dejarnos convencer por los mitos espirituales fugaces y de servicio propio de un mundo depravado a costa de conocer a Dios, su amor y su verdad absoluta.

Los cantos que hemos aprendido de memoria han captado un lugar en nuestra mente, y en ocasiones se dejan ver en recitales espontáneos. Pero las Escrituras están sembradas en nuestro corazón y mente, forjando, sosteniendo, asegurando, dirigiendo y afirmándonos que pertenecemos a Dios.

¿Está la Palabra de Dios dejando su huella en su vida?