Pregunta: La ciudad en que vivo no es muy grande, pero debe haber como cien iglesias. Todas ellas afirman ser cristianas, y ser la iglesia correcta. ¿Por qué tenemos tantas denominaciones, y cómo sabemos cuál es la verdadera?

Respuesta: Pienso que hay tantas diferentes denominaciones cristianas como hay interpretaciones de la Biblia. Felizmente, todas las iglesias evangélicas tienen un tema común que las une, y es el evangelio de Jesucristo. A menudo las razones para las varias denominaciones son cuestiones de diferencias en estilo, propósito y personalidad. Tales distinciones se deben esperar, e incluso valorar dentro del cuerpo de Cristo.

Un ejemplo de esto fue el desacuerdo entre Pablo y Bernabé. Según la narración de Hechos 15, Pablo y Bernabé decidieron separar sus ministerios debido a un desacuerdo respecto a Juan Marcos. ¿Tenía razón Bernabé, o la tenía Pablo? Nos parece que el texto es ambiguo por buena razón. Pablo era bueno para encabezar una misión de personas fuertes, listas para cualquier cosa. Bernabé era bueno para encabezar un ministerio de estímulo y rescate de personas. Así como resultó bien que Pablo y Bernabé formaran sus propias “denominaciones,” así las denominaciones eclesiásticas de la actualidad tienen estilos diferentes, diferentes maneras de ver la fe y sus diferencias atraen a diferentes personas.

¿Estuvo mal que Pablo y Bernabé se separaran? No; sin embargo, ellos también eran seres humanos falibles. Tal vez no enfrentaron su desacuerdo tan bien como hubieran podido hacerlo. De acuerdo al relato, hubo un serio “desacuerdo entre ellos” (Hechos 15:39). Su experiencia es una advertencia a los líderes de la iglesia para que eviten enfrentar desacuerdos con demasiada competencia o actitud agria.

Trágicamente, sin embargo, muchas denominaciones cristianas se han alejado de sus raíces espirituales y enseñan doctrinas que son contrarias a la verdad bíblica. La autoridad suprema para la manera correcta de practicar la fe cristiana son las Sagradas Escrituras. Hay que ser como los creyentes de Berea, que “recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Use la Biblia como su norma al evaluar las doctrinas y normas de una iglesia.