El Pastor restaura

Como ovejas de Dios, algunas veces Él nos lleva en medio del valle de oscuridad, donde hay temor, peligro, incertidumbre y hasta la muerte.

Bajo el cuidado del Pastor

En esta época caótica y apresurada en el cual los dolores de cabeza y los medicamentos tranquilizantes se han vuelto los productos de más venta a nivel nacional, debemos de vez en cuando descansar en los tiernos pastos de nuestro Pastor y Salvador.

Escuchando con nuevos oídos

Aunque Dios parezca estar callado en algunos momentos, el problema no es que Él no se está comunicando; es que nosotros no estamos escuchando.

La incomparable Palabra de Dios

Mientras David considera el impacto de la comunicación escrita de Dios en la segunda sección del Salmo 19, él siente el impulso de elogiar el valor de la Escritura.

Dios no está callado

Los cielos pueden declarar el poder y la gloria de Dios pero no nos declaran Su voluntad, Su plan y Su promesa de salvación. Dios ha comunicado esas maravillosas verdades únicamente en su Palabra, la Biblia.

Un silencio ensordecedor

¿Alguna vez se ha sentido completamente alejado de Dios? Es como cuando uno se encuentra en el primer peldaño de una escalera larga y mira hacia arriba, ¿no es cierto? Es como cuando uno llega a una casa, encuentra las luces apagadas y aunque uno toque a la puerta, nada sucede. Nadie responde. No hay ninguna reacción.

La norma de vida de Dios

Este salmo trata con esas obras de justicia promovidas por el Espíritu Santo mientras caminamos en dependencia total de nuestro Dios. Cuando estas cosas comienzan a disiparse de nuestras vidas, nuestra integridad inevitablemente se debilita y finalmente dañamos nuestro testimonio.

Una canción de esperanza renovada

La debilidad no es un síntoma de una enfermedad terminal. Es una prueba tangible de nuestra humanidad. Mejor aún, es la plataforma donde Dios realiza parte de su trabajo más maravilloso.

La mirada en Dios

Algo le ocurrió a David entre la segunda y la tercera estrofa de este himno. Quizás analizó sus propias quejas y se dio cuenta de que era simple autocompasión. Yo he hecho eso, ¿y usted?

Soledad plena

Angustia, frustración y preocupación se vuelven los compañeros constantes de una persona abatida. Ese es el derivado de una actividad egocéntrica. ¿Cuándo aprenderemos a darle nuestras cargas al Señor y dejarle que el resuelva la situación?