Promueva la Paz

Pocas cosas son más semejantes a Dios que la paz. Cuando la promovemos, la procuramos, la modelamos, estamos ligados directamente a Él.

Manos Abiertas, Corazones Abiertos

«Me someto a ti. Estoy esforzándome duro por oír lo que estás diciendo. Total, y completamente admito mi dependencia. Acudo a ti buscando respuestas. Y espero».

Nuestro Pastor Dirige el Camino

Dios sabe que la única manera en que podemos alcanzar los lugares más altos de la experiencia y madurez cristiana no es el patio de recreo de la prosperidad sino en el aula del sufrimiento.

Padre de Misericordias

Hay alguien, sin embargo, que sabe plenamente lo que se agazapa en nuestros corazones. Y sabiéndolo, nunca se ríe burlonamente ni se esfuma. Él nunca se encoge de hombros ni se aleja. Más bien, Él entiende por completo, y se queda cerca . . .
Él es el «Padre de misericordias y Dios de toda consolación».

Pensamientos de Excelencia

Puesto que la mente tiene los secretos de remontarse a las alturas, el enemigo de nuestras almas ha hecho de la mente humana el blanco de sus ataques. Sus ataques más insidiosos y estratégicos los lanza contra la mente.

Dios Se Inclina Para Escuchar

Muchos nos sentimos como si tuviéramos que esconder nuestros fracasos, creyendo que nadie podría posiblemente haber fracasado como nosotros. Algunos incluso tienen miedo de contárselo a Dios, temiendo que tal vez Él va a desilusionarse cómo nos imaginamos que otros se desilusionarán.

Ya Basta

No me interesa cuánto gana usted o qué decisiones toma respecto a su estilo de vida. ¿Quién soy yo para juzgar a otros? Mi preocupación en realidad no tiene nada que ver con lo que usted posee, sino más bien con el por qué usted lo posee.

Una Actitud Desprendida

La meta es interesarnos tanto en otros y en ayudarles a alcanzar su mayor bien, que llegamos a olvidarnos de nosotros mismos en el proceso.

Dios Está a Cargo

Recuerde que nada es sorpresa para Dios, ni siquiera nuestra más ligera prueba. Su plan puede parecer injusto, humanamente ilógico, y falto de compasión, pero eso es porque nosotros vivimos en el aquí y ahora. Ahora nos falta la vista vertical . . . ¡Dios está a cargo, y no nosotros!