Esperar no es perder el tiempo

Esperar no es perder el tiempo. Es permanecer en el lugar correcto hasta que Dios decida actuar. En ese espacio de espera, Él trabaja en nuestro carácter, refina nuestra fe y prepara las circunstancias para que Su voluntad se cumpla con poder.

Queremos alivio

“Señor, te doy mi vida, pero estoy muerto de cansancio por esta irritación, esta persona, esta circunstancia, esta situación incómoda. Me siento atrapado, Señor. ¡Quiero alivio, debo tener alivio!

El alma le pertenece a Dios

El alma le pertenece a Dios. Sólo Él puede satisfacernos en ese ámbito.
El alma posee un vacío ineludible en forma de Dios. Y no es sino cuando Él entra allí y lo llena que podemos tener paz por dentro; lo que es otra manera de decir: «Si Dios no está en el primer lugar, uno no puede manejar el éxito».

La ansiedad es inútil

Cuando una preocupación se va, la reemplazamos con otra. Siempre hay una hilera de preocupaciones esperando entrar por la puerta. Así que cuando una sale por la puerta de atrás, le abrimos a la siguiente que viene por la puerta del frente. Disfrutamos teniéndolas. Las preocupaciones son nuestras compañeras mentales y emocionales. Pero Jesús dice, en efecto, ¡qué son inútiles!

Pintado por las manos de Dios

En medio del ruido ofensivo de nuestro mundo moderno: la gente, los coches, los ruidos, la contaminación atmosférica, el calor, las presiones, allí están esos recordatorios de su paz profunda.

Deje que Dios se haga cargo

Pronto será el deleite de Dios sacar un balde y refrescar su alma. Siéntese quieto. Quédese allí. Estese quieto . . .
Deje el esfuerzo. Tranquilícese. Quédese contento junto a ese pozo, y beba profundamente. Usted tiene más sed de lo que se da cuenta.

Nuestra guía de por vida

Cuando llegamos a los dilemas en la vida y no podemos descifrar la dirección correcta para seguir, si esperamos mantener nuestra alegría en el proceso debemos permitir que el Señor sea nuestro guía, nuestra fortaleza, nuestra sabiduría: ¡nuestro todo!

Cuente sus bendiciones

A veces cuando uno no se siente con ganas de orar, o lo consume la necesidad de hablar con el Señor, pero no puede hallar las palabras, pruebe lo bien sabido: cuente sus muchas bendiciones, cuéntelas una por una.

Luz y verdad

Todo el que cree en Jesucristo debe en última instancia llegar al lugar en el que tiene que confiar en la Palabra de Dios por completo antes de que pueda experimentar victoria consistente.

¿Nuestra voluntad o la voluntad de Dios?

Seguir la voluntad de Dios requiere fe y acción, lo que a su vez exige riesgo y liberación. Allí es donde las cosas se vuelven muy personales; allí es donde perseveramos y ponemos en práctica la voluntad de Dios.