Seguir la voluntad de Dios requiere fe y acción, lo que a su vez exige riesgo y liberación. Allí es donde las cosas se vuelven muy personales; allí es donde perseveramos y ponemos en práctica la voluntad de Dios.
Salmos
Dios me hizo
Al analizar mi cuerpo y ver la manera en que he sido formado, me uno al salmista en alabanza y gratitud a Dios, mi Creador . . .
La Madre Naturaleza no me hizo. El destino no me formó.
Este es el Día
Por primera y única vez, este domingo, Jesús aceptó las alabanzas del público en general. Pidió un burro para montar, cumpliendo la predicción que el profeta Zacarías dijo quinientos años atrás, de que el Rey vendría, humilde y montado en un borrico.
Alegría insólita
No conozco otra necesidad más grande hoy que la necesidad de alegría. Alegría inexplicable, contagiosa. alegría insólita.
Alivio magnífico
Como un duchazo de agua fría, limpiador, en un día caluroso, sudoroso, el perdón de Dios nos limpia no solo de los pecados sino también de la culpa que nos atormenta. Dios va a lo más profundo de nuestro ser y provee ese magnífico alivio que solo Él puede dar: PAZ.
Siembre generosamente, coseche generosamente
Luego recuerde a sí mismo las promesas de Dios respecto a la generosidad. Dios promete que, si uno siembra generosamente, segará generosamente. Así que, ¡dé! ¡Dé abundantemente!
Un paso gigante hacia la madurez
La mejor opción y la más saludable es confesar. Llamar al fracaso, «fracaso». Llamar al pecado por lo que es. Admitir que nos equivocamos, y habiendo declarado eso, aprender lo que Dios pueda enseñarnos de la experiencia.
Dios habla al corazón quieto
Todos podemos testificar que Dios no habla a la mente apurada y llena de ansiedad. Lleva tiempo estar a solas con Él y su Palabra antes de que podamos esperar que nuestra fuerza espiritual se recupere.
Una confianza deliberada
Bajo la cerradura y llave del cielo, estamos protegidos por el sistema de seguridad más eficiente disponible: el poder de Dios. No hay manera de perderse en el proceso del sufrimiento. Ningún desorden, ni enfermedad, y ni siquiera la muerte misma puede debilitar o amenazar la protección máxima de Dios en nuestras vidas.
Párese erguido, póngase firme
Necesitamos profesionales, atletas, amas de casa, maestras, figuras públicas, y ciudadanos privados respetados, que promuevan las cosas de Dios, que se levanten solos: ¡que se levanten firmes, estén firmes, y estén fuertes!