Hechos 27: 27-32

En la escena que tenemos se respiraban temores y amenazas de muerte. Los pensamientos estaban desbocados. Pablo sabía que el secreto para salvarse era que todos permanecieran juntos. La tentación de abandonar la embarcación y dejar que cada quién se defendiera solo era fuerte. Pero esa no es la manera de escapar con vida de una tormenta. A medida que la profundidad de las aguas se hacía menor, era mayor el temor a un naufragio. Pero Pablo les advirtió que si dejaban escapar a los hombres, eso significaba una muerte segura.

La aplicación espiritual es obvia. Nuestra tendencia cuando tenemos problemas serios es levar anclas. Es más fácil en ciertos momentos decirle adiós a un matrimonio problemático, que enfrentar la situación para restaurar la relación. La naturaleza humana quiere retirarse a un lugar donde cada uno de nosotros pueda estar totalmente a solas, echar llave a la puerta y cerrar las persianas. Separados de todo el mundo, nos hundimos más en la depresión. Desgraciadamente, algunos recurren al alcohol, las drogas o, peor aún, a un revólver.

Si esto retrata de alguna manera su situación, entonces necesita el apoyo de su familia, sus amigos y, especialmente, del pueblo de Dios. Es más fácil bajar el bote de remos y saltar en él solo. Quiero decirle que no escape. Por el contrario, le aconsejo que permanezca en el barco junto con los demás. No salte, tratando de arreglar las cosas por su propia cuenta. Trabaje codo a codo con los demás. Mantenga el contacto con las personas que más le aman, que estarán con usted pase lo que pase. Usted necesita a su alrededor la presencia del pueblo de Dios cuando se le abra el piso debajo de sus pies. A pesar de lo que usted pueda pensar, es dudoso que pueda arreglar las cosas por su propia cuenta. En nuestro caso, tuvimos unos pocos amigos del ministerio, muy queridos, y una junta directiva unida, que estuvieron orando por nosotros y animándonos. Mudarnos a otro lugar fue una experiencia difícil, pero no solitaria. Usted y yo fuimos hechos por Dios para vivir en unidad. El ancla de la unidad nos mantiene cerca.

Usted necesitará el ancla de la unidad muchas veces en su vida, al igual que Pablo. Por lo tanto, ¡aférrese a la unidad!

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.