Salmos 139

Antes de concluir el Salmo 139, David le hace una petición final a Dios en los versículos 23 y 24. Esas palabras son muy conocidas para la mayoría de los cristianos.

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame por el camino eterno.

David ya no está viendo hacia el cielo como lo hace en los versículos 1 al 18. Tampoco ve a su alrededor como lo hace en los versículos 19 al 22. Ahora, él ve introspectivamente. Él quiere ser un siervo de Dios a cualquier costo así que le pide a Dios que haga un examen profundo de su vida. Esta es la misma palabra que aparecen en el versículo 1 y que indica la idea de explorar y escarbar. David quiere que Dios penetre su coraza externa y lo analice profundamente. Él revela su ser interno, donde se encuentran sus pensamientos y sus motivos, y le pide a Dios que los examine.

David va más allá al decirle a Dios que lo pruebe por si acaso hay pensamientos innecesarios. En otras palabras, David dice: «Averigua si hay pensamientos que me alejan de la comunión contigo, oh Dios. Muéstramelos para que yo pueda comprender cuáles son y su efecto en mi caminar contigo». Ese era su deseo. La inseguridad se había ido y ahora él se abre sinceramente ante su Señor.

El resultado deseado de esta investigación se presenta en el último versículo cuando David le pide a Dios que le muestre si hay algo que le cause dolor. No es para que Dios lo conozca sino para que David mismo sepa que Dios lo ha descubierto. Cuando uno se somete al escalpelo de un cirujano en una operación exploratoria, uno no lo hace solo para darle gusto al cirujano. Uno lo hace porque quiere saber que cosas están sucediendo internamente, ¿cierto? David termina diciendo que su deseo es ser guiado al camino eterno, lo que significa una senda de justicia. Él quería ser un hombre de Dios, a toda costa.

¿Usted desea ser una persona cuyo caminar espiritual es íntimo y profundo? Honestamente, ¿usted ve el cristianismo sencillamente como un boleto para el cielo o lo considera la raíz y la fundación de su vida? ¿Considera usted que la lectura de la Biblia y su estudio, la oración, la asistencia a la iglesia, el bautismo, el evangelismo, la Santa Cena y la adoración, solo son cosas para calmar su culpabilidad o para hacer algo los domingos?

Por el contrario, si Cristo es el dueño de su voluntad y usted toma en serio las cosas espirituales, sé que tomará la verdad de estos versículos y querrá que se arraiguen a su vida. Convertirse en una persona piadosa toma tiempo y en el proceso hay momentos cuando uno tiene que exponer el ser interno para que Dios lo analice y para que podamos escuchar atentamente lo que Él nos dice. Poco a poco, el afán de la inseguridad se irá disipando y usted podrá decir: «Te abro gustosamente todas las áreas de mi vida. Escudriña mis pensamientos y examina mis motivos, Señor. Muéstrame las áreas en las que debo mejorar. Revélame aquello que no te gusta de mi vida».

Afirmando el alma: La bendición final de la canción (vv. 23-24) es una oración que requiere un valor enorme. ¿Consideraría hacerle la misma petición al Señor esta semana? No lo tome a la ligera pero tampoco se asuste. Confíe que el Señor hará exactamente lo correcto y lo cuidará en el proceso. Exprese esa oración en voz alta y ponga atención cuando Dios le «examina» y le «prueba».

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.