Salmos 119

Mientras observo el Salmo 119:98-100, veo tres beneficios que reciben las personas que absorben la Palabra. Estas son sabiduría, visión y comprensión. Para ilustrar el significado y la distinción de cada una de ellas, usaré un diagrama sencillo.

Sabiduría: viendo la vida
Visión: analizando la vida
Comprensión: reaccionando a la vida

La sabiduría es la capacidad de ver la vida y sus dificultades desde la perspectiva de Dios. Cuanto más aprendo de la Palabra de Dios y comienzo a entender sus principios prácticos, también comienzo a tener la habilidad de ver la vida desde un punto de vista eterno y celestial. Veo el mundo a través de los ojos de alguien que es infinitamente sabio, enteramente bueno y cuya agenda incluye el bienestar de todo el mundo. Por consecuencia, comienzo a ver mis circunstancias como oportunidades que Él ha diseñado para desarrollarme y capacitarme como Su instrumento. Mi vida ya no necesita más la amargura ni la irritación porque las he cambiado por la gratitud y el entusiasmo.

La visión es la capacidad de analizar la vida y sus dificultades desde la perspectiva de Dios. En otras palabras, mientras maduro en la Palabra, obtengo la habilidad de penetrar los niveles superficiales de irritación y problemas. Tengo la visión para ver las causas reales de situaciones específicas, muy similar a la forma en que Dios ve por debajo de nuestra apariencia externa (1 Samuel 16:7). Puedo ver lo que sucede internamente con cada situación y de esa forma puedo tomar decisiones estratégicas en lugar de solamente reaccionar. No se equivoque. Los maestros pueden comunicar el conocimiento, pero solo la Palabra puede darle visión.

La comprensión es la habilidad de reaccionar ante las situaciones y las dificultades de la vida desde la perspectiva de Dios, lo que conlleva una comprensión panorámica e integral. Cuando me aferro a la Palabra, no solo obtengo la visión para ver lo intrínseco de una situación, sino que también descubro cómo reaccionar y obtener el mejor resultado. Puedo aprender de mis decisiones aun cuando las cosas no salen a mi manera. He descubierto que mi actitud es tan importante para Dios como mi actividad. A veces, más importante.

Afirmando el alma: El poco entusiasmo con frecuencia es el resultado de la desesperanza. La desesperanza por lo general resulta a causa de los sentimientos de impotencia. Según el Salmo 119, la interacción regular con la Palabra de Dios es la cura para la desesperanza y la impotencia. Considere leer un capítulo de Proverbios cada día por los siguientes 31 días.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.