Examen final, primera parte

José quería saber si sus hermanos eran capaces de ver la mano de Dios en su vida diaria, aun en las cosas que parecían injustas. Incluso en la desgracia y en la muerte. Quería saber si su perspectiva vertical era clara.

Un reflejo de Cristo

Lo que nosotros teníamos en mente era acumular suficientes méritos para acallar nuestros sentimientos de culpa, pero lo que él tenía en mente era abrumarnos de manera tal que entendiéramos que jamás le podríamos pagar.

Un banquete de gracia

Es admirable cómo las acciones de gracia de José liberaron a todos los que estaban alrededor de las mesas. Al principio, había sentimientos de ansiedad y temor porque estaban atrapados en su culpa.

Fortaleza para llorar

Al igual que el resto de nosotros, los grandes hombres y mujeres tienen momentos en su vida cuando les resulta imposible contener sus emociones.

Una respuesta tranquilizadora

Porque el sentimiento de culpa les había impedido ver la mano misericordiosa de Dios en sus vidas. ¡Siempre es así! Pero el favor inmerecido de Dios se había demostrado en abundancia.

Un enfoque vertical

Cuando nosotros estamos viajando de nuestro Canaán a Egipto, tendemos a ser negativos en lugar de positivos. Tenemos la tendencia de ver la vida horizontalmente, en vez de hacerlo verticalmente.

Dirección divina

Jacob era capaz de maquinar toda clase de planes, pero todavía se negaba a ver la mano de Dios actuando.

Una nueva perspectiva

Cuando Dios alivia una conciencia cauterizada, comenzamos a tener una perspectiva diferente. A veces nos convertimos en víctimas de la clase de trato que le hemos dado a alguien

Culpables

Había llegado la hora de que los hermanos de José pagaran la factura vencida. Y como esta se volvía siempre más grande delante de sus ojos, ellos reconocieron honestamente: «¡Somos culpables!».