«Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle» —Mateo 2:1-2
«¿Cómo está su adoración en esta Navidad?»
Dios nos ha llamado a ser luz y sal en una sociedad oscura y sin sabor, será necesario que nos comprometamos a la tarea que se nos presenta.
Lo que comienza como auto mejoría se convierte en auto esclavitud . . . lo que comienza como un simple y suave cambio de ritmo conduce a una maratón de fanatismo.
Si el pecado original nunca hubiera estado presente en el jardín del Edén , la humanidad nunca hubiera conocido la enfermedad o la muerte. En el sentido más amplio de la palabra, toda enfermedad y todo sufrimiento hoy son el resultado del pecado original.
Pero hay un mensaje subliminal que hace detonación en lo profundo de nuestras cabezas —de forma silenciosa si bien con fuerza. Como esquirlas, pensamientos son insertados en la mente, comunicando un mensaje que daña si no somos cuidadosos. ¿Y cuál es el mensaje?
¡Cuánto mejor es invitar al Señor, quien está vivo y conoce todas las cosas, que le muestre la manera de hacer que los años venideros sean mucho mejores que los que vinieron antes! Que le permita ser mejor, como también mayor.
Solo aquellos que conocen el peso de un dolor devastador y repentino pueden comprender lo que María sentía al estar en la tumba de Jesús esa mañana. Nada podría haberla mantenido lejos de ese último deber de amor.
La tradición cristiana más antigua y sólida ubica el lugar de la crucifixión, el entierro y la resurrección de Jesús en un sitio en Jerusalén que hoy no nos da ni la más leve indicación de lo que fue su apariencia original. El nombre en arameo de esta formación rocosa, Gólgota (calvaria en latín), refleja muerte en su traducción: «lugar de la calavera».
Al igual que estos dos discípulos, cuando nos enfrentamos a la realidad de nuestros corazones carnales, nuestra culpabilidad nos lleva a una de dos direcciones.
Cuando usted mastica ese pensamiento por un tiempo suficiente, usted comienza a darse cuenta de que la iglesia es el yunque impermeable, y todas estas cosas calientes, sin importar cuán impresionantes y ruidosos e intimidantes sean, al final se enfriarán y serán reemplazadas.