Una vida de propósito

por Charles R. Swindoll1 de julio, 2024

Algunas personas parecen vagar sin rumbo durante sus vidas, caminando sin ninguna dirección. Si una persona no tiene objetivos definidos claramente, no es de sorprender que adapte un estilo de vida sin definición ni propósito.

Época de guerra

El Salmo 149 además de ser un llamado a alabar a Dios en épocas de bendición y ser un estímulo para alabarle en tiempos de sufrimiento, también es un llamado a la guerra.

En época de sufrimiento

Esta canción de celebración, el Salmo 149, es un llamado para que el pueblo de Dios le alabe sin importar las circunstancias. Esto incluye por supuesto cuando las personas no sienten el deseo de gloriarse en Dios.

Épocas de bendición

El Salmo 149 es uno de los cinco salmos de «alabanza a Dios» que concluyen el himnario antiguo de los hebreos. Al igual que los otros cuatro, comienza con el precepto, «¡aleluya!» que nos lleva a exaltar la bondad de Dios.

El significado de la alabanza

Hay momentos cuando la frase «¡Gloria a Dios!», que también se traduce como «¡Aleluya!», es la frase más difícil de expresar. Es una frase que no fluye fácilmente de nuestros labios. De hecho, hay momentos cuando escucharla de los labios de otras personas nos causa molestia. No obstante, es interesante que cada uno de los últimos cinco salmos del cancionero hebreo antiguo comienza con esa exclamación de alabanza.

Apertura con Dios

La oración emocional y cruda de David en el Salmo 142 se demuestra claramente por las palabras que utilizó. Dentro de la cueva de Adulam, el atribulado futuro rey luchaba con la depresión y daba alaridos al cielo.

Un clamor desde la oscuridad

La depresión de David muy probablemente fue el resultado de un largo periodo de tensión. El título del Salmo 52, identifica las circunstancias de David con la frase «en la cueva» y que probablemente se refiere la cueva de Adulam.

En una cueva abismal

Este salmo es una oración lo cual nos indica que debemos verlo con respeto. Las oraciones no fueron registradas en la Escritura con el propósito de que fueran analizadas, sino más bien para traer perspectiva y ánimo.

Sinceridad para Dios

Antes de concluir el Salmo 139, David le hace una petición final a Dios en los versículos 23 y 24. Esas palabras son muy conocidas para la mayoría de los cristianos.

Enojo contra los enemigos de Dios

David meditaba en el diseño intrincado que Dios había puesto en la humanidad en el Salmo 139 y en el amor leal del Señor por cada individuo. Eso lo hacía enojarse con los enemigos de Dios.  Él pensaba: «¡Son tan malos! ¡Son tan desleales! ¡Es inexcusable que quieran rebelarse ante Dios!»