Salmos 27

El clamor de David para que Dios le ayude no termina simplemente con un registro de su provisión milagrosa. Más bien, el compositor se compromete a hacer algo que no es común para las personas que están llenas de temor. David se compromete a quedarse tranquilo. Él elige esperar en el Señor. Lea el versículo 14 en voz alta:

Espera en el Señor. Esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el Señor! (Salmo 27:14)

Esta conclusión es muy apropiada pero totalmente inesperada. David se exhorta asimismo a esperar en Dios. Él se da cuenta de que la presión no se va ir súbitamente. Él sabía que sus enemigos no se irían inmediatamente después de que se levantara de sus rodillas. Él era lo suficientemente realista para saber que cualquier cosa que vale la pena tener, hay que esperarla. Así que en los últimos renglones de su canción, se dice asimismo que se tranquilice; que entre en el descanso de Dios y que deje de esforzarse por sus propios medios (vea Hebreos 4:9-11). La fortaleza y el valor se desarrollan durante la prueba, no después. Esperar en Dios es algo esencial para el cristiano.

El término, «esperar» viene del verbo hebreo, «kawah», y transmite la idea de buscar algo ansiosamente. Su significado original da la idea de estirar o torcer algo. Como sustantivo significa, «cuerda, línea o hilo». La definición literal se convirtió en una ilustración acerca de la tensión y la anticipación ansiosa. Isaías 40:31 utiliza el mismo término: «Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas».

Si usted está esperando que Dios obre esta semana, siga esperando. Durante esa espera, usted recibirá fortaleza y valor. Quiero sugerirle que analice los principios del Salmo 27 cada vez que usted se sienta tentado a tener miedo. No se paralice ni caiga en la ineficiencia. Sepárese del afán del temor. Mire cada circunstancia amenazadora como una oportunidad para desarrollar su fe, en vez de huir. ¿Cómo puede hacerlo? Siga el ejemplo de David:

  1. Recuerde las verdades de Dios.
  2. Exprese sus necesidades abiertamente.
  3. Espere. Permita que cualquier circunstancia temerosa se convierta en una oportunidad de Dios para fortalecerle.

Afirmando el alma: Esperar en Dios es una disciplina espiritual que necesita cultivarse. Requiere paciencia y práctica. Piense en algo que usted no pueda arreglar; algo que esté más allá de su control y que le cause ansiedad. Cada vez que piense en ese asunto, recuerde la fidelidad de Dios, ríndale la situación a él y luego decida esperar en Dios. Hágalo tantas veces como sea necesario.

 

La fortaleza y el valor se desarrollan durante la prueba, no después.

Charles R. Swindoll Tweet esto

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.