Digamos las cosas tal como son: La mayoría de nosotros nos sentimos intrigados por el Espíritu Santo. Como mariposas, nos sentimos atraídos por el calor y la luz de su llama. Nuestro deseo es acercarnos . . . estar más cerca, conocerle más completa e íntimamente, entrar en dimensiones nuevas y emocionantes de sus obras . . . sin quemarnos. Sé que eso es cierto de mí, y sospecho que usted siente lo mismo.

El Espíritu está interesado en transformarnos de dentro hacia afuera. El volar más cerca de la llama pone eso en movimiento. Él está obrando en docenas de maneras diferentes, algunas de ellas sobrenaturales. El volar más cerca de la llama nos hace percatarnos plenamente de eso. Él está interesado en mostrarnos la voluntad del Padre y proveernos de la dinámica necesaria para disfrutar de satisfacción, gozo, paz y contentamiento a pesar de nuestras circunstancias. El volar más cerca de la llama nos da la perspectiva correcta para entrar en esas experiencias, y muchas otras. ¿Acaso no es tiempo de que volemos más cerca de la llama?

Pienso que lo es, pero antes de que podamos hacer eso necesitamos volver a familiarizarnos con el Espíritu, porque demasiados creyentes tienen apenas una noción vaga de su obra y ministerio. Para muchos, el Espíritu todavía es una fuerza impersonal divina. Él no es una fuerza impersonal; es una persona que está obrando activamente en la vida de cada creyente. Estos son unos pocos datos rápidos en cuanto al Espíritu Santo:

  • Él es Dios; coigual, coexistente y coeterno con el Padre y el Hijo.
  • Posee todos los atributos de la Deidad.
  • Regenera al pecador que cree.
  • Nos bautiza en el cuerpo universal de Cristo.
  • Mora en todos los que se han convertido.
  • Nos sella, manteniendo a todo creyente seguro en la familia de Dios.

Aunque el Espíritu constantemente está obrando, la mayoría (sí, la mayoría) de cristianos que usted y yo conocemos tienen poca dinámica o gozo en sus vidas. Simplemente pregúnteles. Anhelan profundidad, pasión, al igual que una paz y estabilidad satisfactorias en lugar de una relación personal superficial con Dios hecha de palabras sin sentimientos y luchas sin sanidad. Con certeza hay más en la vida de fe que reuniones de iglesia, estudios bíblicos, vocabulario religioso y oraciones periódicas. ¡Con certeza el asombroso Espíritu de Dios desea hacer más en nosotros que lo que está teniendo lugar actualmente en nuestras vidas! Hay cicatrices que Él quiere eliminar. Hay sentimientos destrozados que Él quiere sanar. Hay nociones que Él anhela revelar. Hay dimensiones profundas de la Biblia que a Él le encantaría abrir.

El Espíritu es el Ayudador que reconforta. Él es el Maestro de la verdad, el Revelador de la voluntad del Padre, el que da dones, el que sana las heridas. Es la inextinguible llama de Dios, amigo mío. ÉL ES DIOS. Permanecer a distancia de Él es peor que malo; es absolutamente trágico. Volar más cerca de la llama, por consiguiente, es más que bueno; es absolutamente magnífico.