Cuando sufrimos las consecuencias del pecado, tenemos la tendencia a decir: «Estoy acabado. Mi vida terminó. Ya no vale la pena seguir viviendo».
Aliento y Consuelo
Las consecuencias del pecado
Para ser totalmente honesto con usted, hay veces cuando cuestiono el tiempo de Dios. Tiempos cuando no sé por qué Él tarda tanto en hacer lo que yo creía que tenía que hacer. Pero cada vez que miro el asunto en retrospectiva, veo admirablemente que Él lo hizo. Es que Dios no solo hace lo correcto; Él también hace lo correcto en el momento correcto.
Esperanza para sueños rotos
En todo esto veo dos verdades sencillas. Primera: Cuando Dios dice no, eso significa que él tiene una mejor manera de hacerlo, y espera que yo lo apoye.
Segunda: Mi mejor respuesta es la cooperación y la humildad. Él no llama a todo el mundo a construir el templo, pero si nos llama a todos a ser fieles y obedientes.
¿Quién soy yo?
Dios no llama a todo el mundo a construir templos. Él llama a algunos a ser soldados. A otros al valeroso trabajo en las trincheras. A algunos otros llama a componer y dirigir música. Dios tiene toda clase de maneras creativas para utilizarnos; maneras que ni siquiera podemos imaginar y que, ciertamente, no somos capaces de ver a la vuelta de la esquina.
Cuando Dios dice «no»
Lo que tenemos que hacer en nuestro andar con Dios es escuchar su voz cada día. No solo volver a una decisión que hayamos tomado antes, y decir: «Esto es para siempre, pase lo que pase. Tenemos que examinar el asunto cada día, mantenerlo fresco, conservar el fuego ardiendo, posponerlo en nuestra mente, y decir: Señor, ¿es esto lo que Tú quieres? ¿Es este Tu plan? Si no lo es, hazme sensible a Tu dirección; tal vez estás redirigiendo mi vida.
Los interludios de la vida
A veces, el sueño proviene de Dios; a veces, no. Pero ambos son nobles. Ambos son grandes propósitos. Ambos son ideales. Pero cuando el sueño no es de Dios, no se cumplirá, ni debe cumplirse.
Verdadera libertad
Saber cómo está nuestra relación con el Señor lleva a la libertad verdadera. Y al ser libre delante del Señor, usted se volverá más confiado, y eso es seguridad verdadera.
Principios contra preceptos
El concepto que algunos de nosotros tenemos de la vida es: «Bueno, uno gana, y uno pierde. Uno hace lo más que puede. Nadie es perfecto». Otros dicen: «Si Dios lo dice, quiero hacerlo». Estos son realmente de quienes se dice son «conforme al corazón de Dios».
A Dios le importa
Aquí vemos a David enojado contra el Señor cuando, en realidad, era el Señor quien estaba airado contra David. A esas alturas, usted pudiera estar pensando: Bueno, yo pensaba que había dicho que David era un hombre conforme al corazón de Dios. Lo dije, o más bien, lo dijo Dios. ¿Significa eso que él era perfecto? No, de ninguna manera.
De fugitivo a monarca
Por las muchas hazañas de David y el legado que dejó, es fácil olvidar que por doce o más años él vivió como un fugitivo, y que pasó muchas horas de desanimo y frustración en el desierto. Fue un hombre que fue quebrantado y que aprendió la humildad durante esos años como fugitivo. David aprendió mucho de esos años de aflicción, pero de poco provecho le habría servido revivir el dolor que esos años trajeron a su vida.