La experiencia conocida como navegar en rápidos es una actividad deportiva y recreativa que consiste en recorrer el cauce de ríos en la dirección de la corriente, por lo general sobre una balsa o un kayak. Navegar en rápidos implica encontrar aguas embravecidas, giros, caídas profundas, peñones y otros obstáculos desafiantes. Nos sucede igual cuando navegamos en las crisis de la vida.
Aliento y Consuelo
No Existe la Isla de la Segunda Oportunidad
A todos nosotros- sí, a todo padre que he conocido- nos encantaría entrar en un túnel del tiempo y volver a la Isla de la Segunda Oportunidad. Daríamos cualquier cosa por volver a vivir esos años y corregir los fracasos y errores que cometimos la primera vez.
Desilusión Peligrosa
La causa de la desilusión es poner la esperanza y confianza completas de uno en las personas. Poner a la gente en un pedestal, concentrarse en ellas, buscar seguridad en ellas. . . y cuando los pies de barro se desbaratan (como con certeza lo harán) l total desilusión penetra.
Terminado
Al crecer en la muerte sustitutiva de Jesucristo y su resurrección corporal, el pecador, en un tiempo perdido, es instantánea, incondicional y permanentemente «declarado justo ciento por ciento».
Cinco Hurras por Mamá
¿Qué exige la maternidad? Ternura transparente, espiritualidad auténtica, confianza interior, amor desprendido y dominio propio. Toda una lista, ¿verdad? Casi más de lo que esperaríamos.
La Sorpresa en el Camino a Emaús
Mientras hablaban y caminaban, Jesús fue abriéndoles su perspectiva poco a poco hasta que ellos vieron claramente cómo la Escritura hablaba que la muerte y la resurrección del Mesías eran parte de Su coronación. Ellos habían escuchado acerca de Su resurrección pero sencillamente se rehusaban creer.
Las Tinieblas y la Luz
A medida que el sol se ocultaba y el día de reposo comenzaba nada tenía sentido a la luz de las profecías que Jesús había cumplido, a la luz de las promesas que Él había hecho, dada la total y completa confianza que ellos tenían en Él.
¿En qué estaba pensando Jesús?
No hubo momento donde Jesús se sintiese más débil, donde tuviera más dolor, más soledad y donde se sintiera más humano, que en ese momento. Pero a pesar de la hostilidad de la injusticia, Jesús siguió confiando Su vida al Padre.
Las Últimas Veces
Él había venido a cumplir la voluntad del Padre y voluntariamente se había sometido a Su plan. Al someter Su propia voluntad, ganó una batalla importante en el camino a la victoria.
Dios con Nosotros
De esta forma dramática, Dios le mostró al mundo que Él había aceptado el sacrificio de Jesús por nuestros pecados. Ya no eran necesarios más sacrificios en el templo. Dios ilustró este nuevo plan al permitir que las personas tuvieran acceso directo hacia Él.

