¿Le ha sucedido a usted lo mismo alguna vez? «Señor, hazme un hombre santo. Señor hazme una mujer conforme a tu corazón». Mientras tanto, en su corazón está pensando: pero que no me duela mucho.
Vida Cristiana
Situaciones difíciles
Cuando nos encontramos en situaciones difíciles, tendemos a sentirnos abandonados, a volvernos resentidos, y a pensar: ¿Cómo pudo Dios abandonarme?
El arroyo se había secado
Hubo un tiempo en que usted conoció la satisfacción de tener una respetable cuenta bancaria, un negocio próspero, una carrera emocionante y en expansión, un emocionando y magnifico ministerio cristiano. Pero el arroyo se ha secado.
Provisión Divina
Aunque realmente no hay nada de malo en ser un líder, o cumplir con el papel de vocero de Dios, es muy fácil volverse un adicto del foro público, sintiendo que somos indispensables para el plan del Señor.
Un paso a la vez
La dirección de Dios incluye también su provisión. Dios dice: «Ve al arroyo, yo te sustentaré».
En las sombras
A veces, la enfermedad obliga a hacer ese cambio. A veces, es cuando llegamos al límite de nuestras energías y comenzamos a agotarnos, o estamos a punto de eso. Algunas veces, Dios, sin darnos explicaciones, sencillamente nos quita de un lugar y nos moldea de nuevo para ponernos en otro.
De los sufrimientos al servicio
«Es dudoso que Dios pueda bendecir grandemente a un hombre, si antes no lo ha herido profundamente». Mi experiencia a lo largo de los años ha sido que, cuanto más profunda es la herida, más grande es el servicio.
Cuando se nos «bajan los humos»
El aislamiento del lugar, la ausencia de comodidades, el entrenamiento severo y monótono, la inexorable repetición de inspecciones, las pruebas que nos obligan a enfrentar lo desconocido sin demostrar temor (todo mezclado con la exasperante determinación y el constante acoso de nuestro instructor de prácticas) produjo beneficios maravillosos.
Su palabra es definitiva
Dios cumple sus promesas. Estemos de acuerdo o no, Su Palabra es definitiva.
Un vocero especial
Cuando estamos solos en la brecha, básicamente estamos delante de Dios. Cuando venga el llamamiento, ¿nos encontrará Dios listos y dispuestos a dar la cara por Él? ¿Hallará en nosotros corazones completamente entregados a Él?

