Cada vez que ocurre una sanidad, es Dios quien lo ha hecho. Ocurre de manera diaria. En ocasiones es milagroso. Con mayor frecuencia, es asistido por un diagnóstico adecuado, la ayuda de médicos expertos, el apoyo medicinal esencial más el sentido común. Nada de abracadabra. Nada de expresiones mágicas. Nada de actos circenses. Cuando Dios sana no existe manera en que los seres humanos puedan agarrarse la gloria.
Segunda de Corintios
Donde el Dolor Guía
Al igual que estos dos discípulos, cuando nos enfrentamos a la realidad de nuestros corazones carnales, nuestra culpabilidad nos lleva a una de dos direcciones.
El arte fino de equivocarse
De hecho, Dios promete una aceptación completa junto con perdón completo por escrito para que todos lo lean. . . sin una página de fe de erratas anexa. ¿No es eso alentador? ¿No podemos ser ese tipo de ánimo el uno para el otro? Después de todo, la imperfección es una de las pocas cosas que todavía tenemos en común. ¡Nos pone juntos en la misma familia!
¿Por qué sufrimos?
Dios también permite el sufrimiento para que podamos aprender a depender totalmente en Él, no en nuestras propias fuerzas y recursos. ¿No es cierto que el sufrimiento hace eso? Nos obliga a descansar en Él de manera total y absoluta. Vez tras vez Él nos recuerda del peligro del orgullo. . . pero a menudo se requiere de sufrimiento para lograr que la lección sea permanente.
La caza de brujas, Primera parte
Aquí tenemos un personaje que ha hecho algo malo. Nadie lo puede negar, es algo malo. Pero en vez de reconocer su culpa, aceptando su completa responsabilidad por lo malo, lo esquiva al señalar al «diablo» con un dedo acusatorio. ¿Por qué nos provoca risa? Es obvio. . . y a la luz de esa rutina graciosa, también es excusable.
La innovación, Segunda parte
Hay algo que es aún más difícil. . . y eso es cambiar. Es reconocer una necesidad, ser lo suficientemente honesto y humilde como para enfrentar los hechos, y tener la confianza para considerar ideas, métodos y aparatos nuevos, como para poder superar la situación. Tragar nuestro orgullo no debiera ser tan difícil, siendo que eso es lo que comemos todo el día.
El dolor
He intentado, sin éxito, encontrar, sea en las Escrituras o en la historia, un personaje de voluntad resoluta que Dios haya usado grandemente sin que primero Él le haya permitido ser herido profundamente.
El Salón de Clases de la Vida
Dios no nos prueba para que Él pueda enterarse de cuán bien lo estamos haciendo. Dios nos prueba para que nosotros podamos descubrir lo bien que estamos haciéndolo.
Moldeado por Dios
Dios trabaja en nuestro ser y nos quita todo lo que no se parece a Cristo: la impaciencia, el mal genio, el orgullo, los impulsos emocionales que nos alejan de nuestro Padre celestial.
Andando por Fe
Ponga su vida en las manos del Salvador, pero manténgase listo. Haga todo lo que pueda para prepararse para la batalla, entendiendo que el resultado final está en manos del Señor Dios.