Andar por fe

La grandeza llega con la dulce y espiritual actitud de la humildad y el perdón hacia los demás. José nos ofrece un magnífico ejemplo de esto. ¡Qué exquisito en su perdón, y qué generoso en su misericordia!

Gracia para los culpables

Uno no puede abrazar a una persona que no ha perdonado totalmente, José no vio a sus hermanos como enemigos, porque su perspectiva había cambiado.

Examen final, segunda parte

Todos sus hermanos estaban siendo transformados y José lo reconoció. El arrepentimiento había hecho su obra.

Examen final, primera parte

José quería saber si sus hermanos eran capaces de ver la mano de Dios en su vida diaria, aun en las cosas que parecían injustas. Incluso en la desgracia y en la muerte. Quería saber si su perspectiva vertical era clara.

Un reflejo de Cristo

Lo que nosotros teníamos en mente era acumular suficientes méritos para acallar nuestros sentimientos de culpa, pero lo que él tenía en mente era abrumarnos de manera tal que entendiéramos que jamás le podríamos pagar.

Un banquete de gracia

Es admirable cómo las acciones de gracia de José liberaron a todos los que estaban alrededor de las mesas. Al principio, había sentimientos de ansiedad y temor porque estaban atrapados en su culpa.

Fortaleza para llorar

Al igual que el resto de nosotros, los grandes hombres y mujeres tienen momentos en su vida cuando les resulta imposible contener sus emociones.

Una respuesta tranquilizadora

Porque el sentimiento de culpa les había impedido ver la mano misericordiosa de Dios en sus vidas. ¡Siempre es así! Pero el favor inmerecido de Dios se había demostrado en abundancia.

Un enfoque vertical

Cuando nosotros estamos viajando de nuestro Canaán a Egipto, tendemos a ser negativos en lugar de positivos. Tenemos la tendencia de ver la vida horizontalmente, en vez de hacerlo verticalmente.