Salmos 15

Si usted lee el Salmo 15 cuidadosamente, descubrirá que toda la canción surge del primer versículo. El versículo 1 es crucial debido a su pregunta de sondeo. La respuesta de David conforma el resto del salmo y finaliza con una promesa maravillosa.

Un bosquejo sencillo podría ser:

  1. Pregunta: «¿Quién habitará en tu tabernáculo?» (v. 1)
    II. Respuesta: «El que anda en integridad» (vv. 2-5)
    III. Promesa: «No será conmovido jamás» (v. 5)

El salmo de David inicia con una pregunta de sondeo, hecha a manera de metáfora (v. 1):

Oh Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en tu santo monte?

Esta canción es una oración dirigida a Dios, cuyo nombre aparece en hebreo con las cuatro letras consonantes JHVH. David utiliza el nombre sagrado de Dios y hace dos preguntas que a primera vista parecen ser diferentes, pero en realidad buscan la misma respuesta. La poesía hebrea, tal como lo vimos anteriormente utiliza con frecuencia lo que llamamos un paralelismo sinónimo donde dos frases expresan el mismo pensamiento usando dos palabras o frases distintas. Este versículo literalmente se puede leer: «JHVH. ¿Quién puede morar en tu tabernáculo? ¿Quién puede hacer su residencia en tu santo monte?»

Esas referencias sobre «tabernáculo» y «santo monte» son símbolos de la presencia de Dios, expresiones descriptivas de una comunión íntima.

En esa época, el templo no había sido construido aún; los israelitas adoraban a Dios en el tabernáculo, una gran tienda. El arca del pacto se encontraba en el centro del tabernáculo, en el lugar santísimo y allí se encontraba la gloria shekinah de Dios. Esta luz especial de shekinah representaba la presencia especial de Dios entre los israelitas, estableciéndoles como nación, protegiéndoles del mal y bendiciendo su fidelidad.

La expresión, «santo monte» refleja el evento en el libro de Éxodo cuando Moisés se encontró con Dios en el monte Sinaí y allí recibió su ley (Éxodo 24:12-18). En esa ocasión, una nube cubría la cima. La expresión también se refiere a la cumbre de Jerusalén, el hogar futuro del templo, donde la presencia de Dios estará y donde todos los pueblos serán invitados a adorarle.

David preguntaba: «¿Qué clase de persona se necesita ser para poder mantener y disfrutar una comunión íntima contigo, Señor?»

Afirmando el alma: Recuerde que esto tiene que ver con nuestra relación con Dios en este momento y no en el futuro. ¿Qué clase de persona puede tener esa comunión gozosa con Dios? ¿De qué manera un pecado habitual afecta la experiencia de comunión con Dios en una persona? ¿Tiene usted actualmente esta clase de experiencia con Él?

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.