“Anciana y sabia” no necesariamente es un hecho. Lo de ser anciana, no se puede prevenir. La sabiduría es otra cosa. “Anciana y de mal humor” fácilmente puede ser la alternativa.

Las mujeres ancianas y sabias invierten, y no solo sobreviven los años. Este tipo de mujeres fuertes que tienen confianza en sí mismas han soportado tragedias y tienen historias que contar cuando llegan al otro lado de la tragedia. Y, al fin de cuentas, han aprendido que Dios todo lo hace bien. Pero la sabiduría no fue de la noche a la mañana. No es un accidente. Las arrugas en sus rostros y las canas son evidencia del tiempo invertido en sus vidas. Las marcas del enojo o la paz se muestran entre los rasgos de su sonrisa.

Pregúntele a cualquier mujer que ha caminado con Dios por más de treinta años, y ella le dirá que la vida piadosa es un proceso, una serie de elecciones. No existe sabiduría instantánea. No es un producto de horno de micro ondas. No hay nada que reemplace esas largas conversaciones con Dios, año tras año. Uno aprende que Dios tiene Su propio horario y no le consulta al respecto. No obstante, Dios es bueno y confiable lo cual reafirma Su fe. Desde el inicio de nuestro caminar con Cristo hasta el final, siempre necesitaremos de Su gracia.

Martín Lutero muy sabiamente dijo lo siguiente acerca de la vejez:

Esta vida, por tanto, no es justificación sino el crecimiento en la justificación; no es salud sino restauración; no es existencia sino un crecimiento constante; no es descanso más es ejercicio. No hemos llegado a ser lo que seremos, pero seguimos en el proceso. Un proceso que no ha acabado sino que es continuo. Esta vida no es el final, es solo el camino. Aunque todavía no brillamos en gloria, estamos siendo purificados.1

Al leer un párrafo como ese no nos queda más que preguntarnos: ¿Alguno de nosotros cambiaría la sabiduría que tenemos ahora por los cuerpos que teníamos en aquel entonces?

No se preocupe por buscar la fuente de la juventud. En lugar de hacer eso, disfrute la fuente del gozo. Usted es diferente a la joven que fue en el pasado. Alabe a Dios por eso.

Usted ha intercambiado la juventud por la sabiduría, y ¡déjeme decirle que se ve maravillosa!

  1. Martín Lutero, Defensa y explicación de todos los artículos, citado en el libro de Warren Wiersbe, Comentario Bíblico: El Antiguo Testamento en un solo volumen (The Bible Commentary: The Complete Old Testament in One Volume) (Colorado Springs: David C. Cook, 2007), 145