¿Enseña usted a sus hijos a salir en defensa de lo que creen? ¿Está enseñando a sus nietos a ser personas de carácter, cueste lo que cueste? Así es como aprenderán a tenerlo. Déjeme hacerle ahora una pregunta más aguda. ¿Está usted siendo un ejemplo de verdadero carácter?
Vida Cristiana
Dar la cara
«Lo que necesitamos en personas con agallas. Necesitamos personas con agallas que digan: «Voy a dar la cara por esto, y si tengo que morir, que muera».
La causa
Ester ha pasado del temor al abandono y la fe; de la duda ala confianza y determinación; y de la preocupación por su propia seguridad a la preocupación por la supervivencia de su pueblo. Ha llegado a su hora de decisión personal, y no fue hallada falta en ella.
¡Arriésguese!
Deje de ser tan cuidadoso protegiéndose la espalda. Deje de preocuparse por lo que pensarán los demás. Usted no tiene que rendirles cuentas a ellos, sino a Dios, y Él le ayudará.
Estoy a tu disposición
En todo caso, la soberanía de Dios me vuelve activo. Me impulsa hacia Dios al suplicarle: «Señor, involúcrame en el proceso, si eso no te place. Actívame en tu plan de acción. Estoy a tu disposición. Habla a través de mí. Úsame».
Cultivar el carácter
Como padre, usted tiene ocasiones en su vida, breves momentos, pequeñas ventanas de tiempo, en lo que puede tomar la iniciativa de ayudar a sus hijos a entender el valor de ser valiente.
Vigile sus palabras
No hay manera de estimar el número de personas que han sido dañadas por los rumores, las exageraciones y las habladurías. Es posible que usted haya sido víctima de esto.
Haga la diferencia
Pero, en medio de todo esto, Dios no estaba durmiendo. En su soberano plan, Él había determinado que una persona se pondría en la brecha, y su nombre es Ester.
Pedir y confiar
Usted, como individuo, tiene sus presiones, dificultades y circunstancias especiales, pero Dios le ofrece la manera de manejarlas para que usted llegue a ser su persona especial. La pregunta es: ¿Cómo?
Un espíritu hermoso y encantador
Es claro que Ester poseía algo que la hacía obtener la gracia de todos, desde el rey hasta la mujeres del harén que estaban compartiendo con ella por la atención y el amor del monarca.

