No cejaré en la batalla

La promesa de Dios a Moisés es también para nosotros hoy en día: «Porque yo soy quien soy, haré lo que sea mejor para ti». No hay un día en este mundo, no importa lo gris que se presente, que no pueda ser mejor si nos aferramos a esa convicción confiada.

Atajo a las pequeñeces

Si usted ha sido creyente durante cierto tiempo, habrá escuchado las siguientes palabras una y otra vez. Pero no está mal que vuelva a oírlas. Hasta que su mirada no esté puesta en el Señor, no podrá soportar esos días en que las cosas van de mal en peor.

«Mira lo que hago»

Una y otra vez, el Señor nos lleva hasta el fin del precipicio, hasta donde ya nos damos más y luego nos prueba que Él es fiel. Eso, hermano mío, no es solo la historia de mi vida; es también la historia de la Biblia en pocas palabras.

Incomprendido

Es posible que usted haya sentido ese dolor recientemente. Hizo lo correcto de la manera correcta, pero alguien juzgó mal, encontrando motivos en sus acciones o en sus palabras que usted nunca propuso.

Hermanos del alma

Usted puede tener muchas amistades en su vida, pero probablemente no más de un par de amigos a ese nivel profundo, espiritual y de corazón a corazón. Usted puede contarle a ese amigo cualquier cosa que Dios esté haciendo en su vida, y encontrará en él una cálida acogida y un gran apoyo.

La vara de Dios

En otras palabras, habrá una serena y segura confianza si uno anda en la voluntad de Dios. Habrá una sensación invisible de seguridad interior, aceptada con sencillez y humildad. Todo creyente en Jesucristo anhela experimentar esa seguridad, que viene de estar en el flujo ininterrumpido de su voluntad.

Dios se preocupa por usted

Quienes deciden permanecer en la falsa seguridad de Madián nunca experimentarán lo que Moisés experimentó en ese sinuoso viaje a Egipto, la sensación de estarse moviendo en la poderosa corriente del plan y la voluntad de Dios. ¿Siga usted adelante!

Todo bien en casa

Moverse en la clara dirección de la voluntad de Dios es una experiencia que enseña humildad, pero también puede producir una nueva confianza.

Vaya solo

¿Sabe cuál es nuestra tendencia? Es tomar a alguien con nosotros. Por alguna razón, eso nos evita tener que poner toda nuestra confianza en el plan de Dios; podemos apoyarnos en ese hermano o en ese amigo talentoso que tenemos a nuestro lado.

Permiso para ausentarse

Lo único que Él nos pide es un corazón dispuesto, no espera perfección, no espera que usted tenga todas las respuestas, todas las capacidades, toda la valentía. Él ni siquiera le pide que explique cada detalle de su llamamiento. Solo le pide que esté disponible, y que dé ese primer paso de fe en la dirección que él le está señalando.