Abueleando, Segunda parte

Los abuelos han cometido suficientes errores como para entender que el perfeccionismo es un duro capataz y que la culpabilidad autoimpuesta es un asesino endurecido. Podrían ser instructores magníficos, pero sus mejores lecciones son entregadas por contagio, no por enseñanza.

Abueleando, Primera parte

¿No es bueno Dios? Generación tras generación, Él provee un nuevo par de abuelos . . . una siempre-presente contracultura en nuestro mundo tan ocupado.

Un rato libre, Segunda parte

Si tenemos la capacidad de pensar y planificar, el deseo interno para verlo logrado y la poderosa voluntad de Dios para alcanzarlo, entonces ¿por qué no alcanzamos nuestras metas?

Un rato libre, Primera parte

Su propio rato libre le ayudará a ponerle tapones a las filtraciones de la falta de disciplina y el descuido en su dique del tiempo. También aplastará su fijación por la procrastinación. ¡Por fin!

Hablar medidamente

«Declarar con moderación . . . para causar un efecto mayor». Eso es lo que significa hablar medidamente. Como ocurre con «Te amo». La próxima vez que se siente tentado a decir demasiado, solo diga eso.

Dígalo bien

Antes de que nos apresuremos a juzgar y proclamar una victoria fácil sin importar nada, entendamos que la estrategia requiere que haya calidad. No es tan simple como dejar caer una media tonelada de reclamos religiosos, una variedad de verbos, pronombres y adjetivos, sino la preparación del corazón, el afilar la mente, una entrega cuidadosa de la información, sensibilidad, sentido del tiempo y claridad.

Compasión, Segunda parte

Cuando usted se desentiende del ser el guardián de su hermano, usted ya no tiene que ensuciarse o tomar riesgos o perder su objetividad o toparse contra las espinas de un tema complicado que no tiene respuestas fáciles.

Compasión, Primera parte

En otras palabras, si usted está comprometido con la verdad de las Escrituras, no debería preocuparse por las necesidades de la gente. No preocuparse por cosas relacionadas a las personas —penas del corazón; hambre; enfermedad; vidas rotas; luchas con las inseguridades, fallas y penas —porque esas cosas son solo problemas temporales, meras molestias horizontales.

Viñetas por la Tumba

Solo aquellos que conocen el peso de un dolor devastador y repentino pueden comprender lo que María sentía al estar en la tumba de Jesús esa mañana. Nada podría haberla mantenido lejos de ese último deber de amor.

El lugar de la calavera

La tradición cristiana más antigua y sólida ubica el lugar de la crucifixión, el entierro y la resurrección de Jesús en un sitio en Jerusalén que hoy no nos da ni la más leve indicación de lo que fue su apariencia original. El nombre en arameo de esta formación rocosa, Gólgota (calvaria en latín), refleja muerte en su traducción: «lugar de la calavera».