La familia: No hay substituto que valga, Segunda parte

Cuando permitimos que la tiranía de lo urgente —las crecientes demandas— resten del contenido de nuestro tanque de energía e interés dejando a la familia con solo el vapor de promesas rotas y sueños no concretados, ¡nuestro esfuerzo se vuelve una pérdida de tiempo! Estamos substituyendo lo auténtico con lo artificial.

La familia: No hay substituto que valga, Primera parte

A pesar de todo lo que estamos leyendo y viendo estos días que tiene el propósito de hacernos pensar que hemos entrado en la era de eliminación paulatina de la familia, ¡no lo crea! No hay otra cosa en la tierra que se acerque siquiera a los beneficios derivados de las relaciones asociadas con nuestras raíces. Nada.

El secreto de Houdini, Segunda parte

Cuando las probabilidades están en contra nuestra, las horas son largas y el final todavía no se vislumbra, el entusiasmo nos rescata de la tentación de abandonar—o escapar—o quejar. Le quita la pesadez y la monotonía del aburrimiento. Provee tropas frescas cuando la batalla se alarga y el cuerpo se agota.

El secreto de Houdini, Primera parte

Con un brillo en sus ojos, el mago admitió libremente que no le fue necesario interrumpir el proceso. De manera repetida explicó que su habilidad para escapar se basaba en conocimiento. «¡Mi mente es la llave que me libera!», declaraba a menudo.

Más allá de hoy

¡Cuánto mejor es invitar al Señor, quien está vivo y conoce todas las cosas, que le muestre la manera de hacer que los años venideros sean mucho mejores que los que vinieron antes! Que le permita ser mejor, como también mayor.

El problema con el progreso, Segunda parte

Puede que esto sea divertido hoy en tiempos de viajes a la luna, vuelos a Londres en el Concorde y misiles intercontinentales, pero cuando el finado gobernador Van Buren despachó esa epístola en el invierno de 1892, él actuaba como un juez sobrio y serio.

El punto de giro, Segunda parte

Su Palabra ofrece esperanza cuando todo parece desesperanza. Hay cientos de otras verdades tipo filipenses-tres-diez esperando ser descubiertas.

El punto de giro, Primera parte

En retrospectiva, recuerdo claramente el punto de giro. No fue una visión celestial que causó el cambio de mi actitud. Mi resentimiento con Dios no menguó a causa de una voz audible en la noche. Puedo trazar mi aceptación de las circunstancias y el giro de mi enfoque a un solo versículo de las Escrituras.

Abueleando, Segunda parte

Los abuelos han cometido suficientes errores como para entender que el perfeccionismo es un duro capataz y que la culpabilidad autoimpuesta es un asesino endurecido. Podrían ser instructores magníficos, pero sus mejores lecciones son entregadas por contagio, no por enseñanza.