Jesús estuvo en constante e íntima comunicación con el Padre. Primero, se le muestra relacionándose con Su Padre en algún punto entre el Aposento Alto y el huerto. Allí está orando: «Padre, la hora ha llegado. . .» (Juan 17). Luego, a solas en el Getsemaní, oró: «Padre, no se haga mi voluntad, sino la tuya». Horas más tarde, después de haber sido clavado en la cruz, pidió: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que están haciendo».
Vida Cristiana
LA SEXTA PALABRA— «¡CONSUMADO ES!»
Jesús había logrado Su meta de realizar la expiación por el pecado humano. Todo había resultado conforme al plan de Su Padre. La realización del deseo de Dios fue dulzura para el alma de Jesús y con gran satisfacción proclamó fuertemente Su triunfo diciendo: «¡Consumado es!».
LA QUINTA PALABRA— «TENGO SED»
Como parte de Su sufrimiento por nosotros, Jesús soportó los procesos biológicos que resultaron como producto de Su crucifixión. En forma sorprendente podemos notar que incluso Su sed señalaba el cumplimiento de la profecía acerca de Su muerte, y Juan notó que Jesús habló «sabiendo que todo se había ya consumado».
LA CUARTA PALABRA— «¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?»
Si observa con cuidado las palabras de Jesús notará que por primera vez Jesús no llama al Señor «Padre». Más bien, le llama «Dios mío». Aquí surge la primera evidencia de que ha ocurrido un rompimiento entre Jesús y el Padre, aunque habían existido indescifrablemente unidos como uno desde la eternidad.
LA TERCERA PALABRA— «¡HE AHÍ TU HIJO! ¡HE AHÍ TU MADRE!»
Aunque notamos que Maria tenía una fe grandiosa, también necesitaba el sostenimiento y cuidado del amor de una familia. Jesús hizo provisión para esos momentos antes de Su muerte y Juan, «el discípulo al que Jesús amaba», de inmediato respondió al encargo de Jesús y recibió a María en su propia casa.
LA SEGUNDA PALABRA— «HOY ESTARÁS CONMIGO»
Ninguna cantidad de pecado o perversidad puede superar la gracia de Dios. A Satanás le encanta distraernos haciéndonos acuerdo de nuestros fracasos pasados. Pero en Cristo tenemos el poder para vencer a Satanás y dominar la culpa de nuestro pecado (véase Apocalipsis 12:10–11). Santiago promete que, si resistimos los avances de Satanás, él huirá de nosotros (Santiago 4:7).
LA PRIMER PALABRA— «PADRE, PERDÓNALOS»
Aunque seamos cristianos, tendemos a albergar lamento, amargura e ira contra los que nos han hecho un daño tan profundo.
Ni un Momento Perdido
Dios nos dice que no seamos necios, sino que seamos sabios, aprovechando al máximo nuestro tiempo, aprovechando toda oportunidad que aparece en nuestro camino y usándola sabiamente.
Una Letanía Interminable
Cuando pensamos que podemos ser inmunes a la interminable letanía de comerciales por televisión, anuncios en los periódicos, los artefactos y aparatos de nuestros amigos, la constante tentación para gastar, gastar, gastar, los creyentes tenemos que estar alertas en cuanto a cómo Satanás nos tienta con lo temporal.
La Perseverancia halla Favor ante Dios
Cuando usted soporta, y pone la gracia en exhibición para la gloria de Dios, usted puede revolucionar su lugar de trabajo o cualquier otra situación.