¿En qué estaba pensando Jesús?

No hubo momento donde Jesús se sintiese más débil, donde tuviera más dolor, más soledad y donde se sintiera más humano, que en ese momento. Pero a pesar de la hostilidad de la injusticia, Jesús siguió confiando Su vida al Padre.

Las Últimas Veces

Él había venido a cumplir la voluntad del Padre y voluntariamente se había sometido a Su plan. Al someter Su propia voluntad, ganó una batalla importante en el camino a la victoria.

Dios con Nosotros

De esta forma dramática, Dios le mostró al mundo que Él había aceptado el sacrificio de Jesús por nuestros pecados. Ya no eran necesarios más sacrificios en el templo. Dios ilustró este nuevo plan al permitir que las personas tuvieran acceso directo hacia Él.

Con respecto al futuro

Y desde esa vista panorámica, Jesús les mostró la triste cadena de eventos que ocurrirían en el futuro de Israel antes de que Él cumpliera su promesa de volver a poner Sus pies en ese lugar, pero esta vez como Rey gobernante.

La Luz Reveladora

Las palabras y las acciones de Jesús en ese lunes causaron molestia entre los líderes judíos. Comenzaron a buscar formas para matarlo. Diariamente Jesús enseñaba en el templo, y la ira que los líderes sentían se iba incrementando.

El Por qué Lloró Jesús

Jesús lloró también el domingo de Ramos mientras realizaba Su entrada mesiánica a Jerusalén, cinco días antes de enfrentar la muerte. Pero esta vez, Sus lágrimas no fueron discretas.

La bendición de la esperanza perdurable

Ayúdanos a ser personas sensibles, conscientes y listas para ayudar. Danos una actitud compasiva y una disposición para servir. Permite que Tu esperanza penetre los lugares más profundos de nuestra alma.

Estoy bien

¿Qué flecha le ha traspasado recientemente? ¿Le han dado la noticia de una enfermedad terminal? ¿Dolor físico? ¿Trato injusto? ¿Calumnias? ¿Problemas en el hogar? Le aconsejo que no pierda el tiempo lamiéndose las heridas o preguntándose por qué. Tome la decisión de hacer lo que hacía antes, pero viva al máximo.

Año Nuevo

Con las siguientes cincuenta y dos semanas envueltas como regalo listo para ser abierto, y aunque sabemos que cada una de ellas contiene sorpresas que requerirán ajustes, le sugiero que decidamos en este momento abrirlas con gran anticipación. Es más, debemos aceptarlas con gran deleite.