Cuando el Señor detuvo en el aire la mano de Abraham, le dijo en realidad: «Has pasado la prueba, mi fiel amigo. Me has demostrado quien esta primero. También has demostrado que tu fe ha llegado a una madurez total
Vida Cristiana
La fe implica riesgos
Algunas personas se cuidan tanto, que no se arriesgan por nada. Todo tiene que estar cuidadosamente regulado y bajo control. . . su control. Los límites están definidos, las normas bien detalladas, cada céntimo justificado, nada de sorpresas. Y después de haber gastado tanto tiempo y tantos esfuerzos tratando de vivir sin problemas, terminan su vida sin haber hecho nada de valor duradero. No construyeron nada, no probaron nada nuevo, no invirtieron en nadie.
Una Fe Genuina
Tuve que leer el pasaje de Génesis varias veces antes de ver la clara e implícita declaración de fe de Abraham. Sus palabras y su proceder son tan sencillos, tan desapasionados, que es fácil no ver el dramatismo de esta escena.
La prueba
Dios es omnisciente. Él sabe todas las cosas, incluso el futuro. Dios conocía el corazón de Abraham mucho mejor que Abraham mismo. Por eso, el propósito de la prueba no era satisfacer su curiosidad, no era un experimento. El pedazo de tierra elegido en la cima de una apartada montaña en la región de Moriah iba a ser el lugar de la prueba de Abraham.
No se aferre demasiado
El instinto natural del ser humano quiere que nos aferremos a las cosas que más adoramos. El desprenderse de ellas, presentándolas a Dios, requiere que confiemos en el para hacer lo correcto. Cuando hacemos esto por nuestros hijos, el efecto perdurable que dejamos es un modelo práctico de fe
Un Requerimiento Urgente
Lamentablemente hoy en día, en un número alarmante de iglesias se le está diciendo al pueblo de Dios lo que ellos quieren oír, no lo que necesitan oír. Están siendo alimentados con leche, no con alimento sólido. Un evangelio diluido puede atraer a mucha gente (por un tiempo), pero carece de impacto eterno
El ancla de la realidad
El secreto para sobrevivir es lo que usted hace antes cuando las aguas están tranquilas. Si mientras usted lee este libro su vida está libre de tormentas, le aconsejo que aproveche este periodo de calma. Dedique tiempo a la palabra de Dios. Estudie las cartas inspiradas que el Señor le ha dado para el viaje de la vida. Profundice su andar con Él por medio de la oración y devoción personal.
El ancla de la renovación
Simplemente, dígale a Dios lo que le está sucediendo. Luche por saber cuál fue la razón de la tormenta. Busque la dirección de Dios, y no desista hasta estar satisfecho con la respuesta del Señor.
El ancla de la unidad
La naturaleza humana quiere retirarse a un lugar donde cada uno de nosotros pueda estar totalmente a solas, echar llave a la puerta y cerrar las persianas. Separados de todo el mundo, nos hundimos más en la depresión.
El ancla estabilizadora
Hay momentos azarosos cuando llegamos al punto de abandonar toda esperanza. Pero en esos momentos difíciles y angustiosos, Dios nos dice: «No tengas temor, porque yo tengo un plan».