Temor saludable

Cuando tenemos un correcto temor del Dios vivo, vivimos una vida más limpia. Eso es algo que usted y yo podemos hacer. Cuando nos involucramos activamente en el pecado, conscientemente desechamos lo que sabemos que es verdad en cuanto a Dios. Deliberadamente suprimimos el conocimiento de Él en nuestras mentes y corazones.

¿Un Dios demasiado pequeño?

Dios es santo. Excelso. Él es el único y sabio Dios, el Creador, el Hacedor, el Señor soberano. Él es el amo. Él me dice lo que tengo que hacer, y no tengo más opción de hacerlo. Él no ofrece ninguna alternativa, ninguna multiplicidad de posibilidades. No tenemos sino una sola orden, que es hacer Su voluntad. Y reafirmamos esa verdad en nuestros momentos con Él.

El período del desierto

Usted nunca ha vivido el día que tiene enfrente de usted, y nunca volverá a vivirlo otra vez. La vida es como una moneda, se la puede usar como quiera, pero solo podrá usarla una vez. A Dios le gustaría que usted saque experiencias de su vida en el desierto. Él quiere cambiar su apetito, sus hábitos, su actitud y, junto con ellos, su vida entera.

La prueba del tiempo

Es doloroso tener que soportar las pruebas, y más doloroso todavía es repetir esos episodios. Sin embargo, sin estas profundas heridas tendremos muy poca capacidad para recibir consuelo espiritual o avanzar en el camino de la madurez. La prueba del tiempo es quizás la más dura de todas.

Pasos de bebé

¿Por qué Dios nos hizo pasar por experiencias en el desierto antes de que llegáramos a Canaán? Por una sola cosa. Porque quiere probarnos. Esa fue la razón por la que Dios llevó a Israel al desierto.

¡Anúncielo en alta voz!

La próxima vez que pase por una experiencia difícil, y Dios le muestre su fidelidad, deténgase y piense: Quizás pudiera escribir una canción. (Aunque el público sea solo uno). Así es como surgen las canciones de alabanza. ¿Qué tal si compone una hoy?

Autopista a la tierra prometida

¿Se siente usted arrinconado ahora mismo? ¿Está enfrentado a un imposible? ¿Está abrumado? Escuche, atentamente lo siguiente: esa dificultad suya es por designio del Señor. Él toma esos sufrimientos y esos sentimientos de temor con el fin de prepararlo para los días gloriosos de la liberación.

¡No temáis!

El consejo de Dios es precisamente todo lo contrario. No se asusten. Estén firmes, Vean como yo actúo. Manténganse callados. Es entonces cuando Él hace su mejor obra en favor nuestro. ¡Él se encarga de la situación! Dios maneja luego nuestra dificultad de manera contraria a como lo haríamos nosotros. El Señor está esperando que nosotros esperemos para Él intervenir.

Un regocijo histórico

¿Recuerda cuando el pastor o el maestro explicaron el Evangelio y por primera vez esa explicación tuvo, en realidad, sentido para usted? ¿Recuerda cuando su papá o su mamá se sentaron con usted en su dormitorio y le explicaron la verdad acerca del pecado, de Cristo y de la eternidad, y usted dijo: «Hoy es la noche»?

Una obediencia histórica

Mi convicción personal es que nuestra lucha mayor no está en el ámbito de la comprensión de la voluntad de Dios, sino en el ámbito de la obediencia al Dios dueño de esa voluntad. Para ser honesto, cuando usted y yo damos un vistazo a nuestra vida pasada, no nos vemos confundidos y desconcertados en cuanto a la voluntad de Dios, pero sí testarudos y rebeldes ante aquel que estaba dirigiendo nuestros pasos.