La señal de que todo había cambiado fue cuando Jesucristo, el Mesías, volvió a respirar el aire de la tierra. El prometido Salvador del mundo estuvo al otro lado de la tumba. Su sufrimiento y la muerte en la cruz absorbió la ira santa de Dios, que había sido derramada por completo sobre Jesús, y la deuda justa que el pecado había producido quedó satisfecha.
Semana Santa
El día intermedio
Aunque ellos habían andado en las pisadas de Jesús por años, no habían oído Sus palabras. Incluso ante el hecho de estar en el aposento alto con Jesús y comer del cordero pascual no les había abierto los ojos. Se necesitó la cruz.
Misión cumplida
La oscuridad cubrió a Jerusalén durante las tres horas finales de la vida de Jesús. Los Evangelios no anotan absolutamente nada que se haya dicho durante ese tiempo; sino hasta el mismo fin. La oscuridad reflejaba la inimaginable agonía espiritual que Jesús atravesaba.
La Pascua máxima
Imagínese las preguntas que se agolpaban en la mente de los discípulos: ¿En realidad va a morir? ¿Cuándo? ¿Qué nos va a suceder a nosotros? ¿Vamos nosotros también a morir? ¿Qué del reino que prometió? ¿No han servido de nada todos estos años?
¿Qué buscan?
Solo Jesús entendía los sucesos que tendrían lugar este fin de semana, esperados desde antes de la fundación del mundo, profetizados por videntes y profetas. A pesar de las miles de oportunidades para escapar de Jerusalén, Jesús afirmó Su corazón en lo que se lograría allí en los días venideros.
El sendero a la obediencia
Los discípulos no entendían nada de esto.
El plan simplemente no estaba desenvolviéndose como ellos habían esperado. Oyeron Sus palabras, conocían al Verbo, pero simplemente no podían unirlo todo. Sabían quién era Él. Su búsqueda había terminado. Habían hallado a Aquél. Pero ahora Sus palabras no tenían sentido.
Una semana de vida
Jesús vivió Su semana final bajo el aplastante peso de que Su hora había llegado. Su largamente profetizado sacrificio era inminente, así que estos minutos finales eran preciosos y pocos.
Este es el Día
Por primera y única vez, este domingo, Jesús aceptó las alabanzas del público en general. Pidió un burro para montar, cumpliendo la predicción que el profeta Zacarías dijo quinientos años atrás, de que el Rey vendría, humilde y montado en un borrico.
¡Gozo inquebrantable!
¿Has notado lo frágil que puede ser la alegría en la vida cotidiana? Un día podemos estar llenos de entusiasmo y, al siguiente, una mala noticia puede apagar nuestra sonrisa. La vida nos empuja con desafíos inesperados, y muchas veces nuestra felicidad parece depender de las circunstancias. Pero hay un gozo que no se desvanece … Lea más
La Tumba
El hombre sin pecado que había muerto por ellos. El amigo, el maestro, el Mesías, el Salvador estaba vivo. Nada volvería a ser igual. Desde ese momento en adelante, pasarán a la eternidad gozándose por lo que había ocurrido.