Integridad Personal

Danos la motivación que necesitamos para ser todo lo que Tú nos has llamado a ser como Tus hijos obedientes, para que nosotros, al igual que David con las ovejas, podamos guiar a los demás correctamente.

Gratitud

¿Se acuerda de esa palabra olvidada: justificación? Quiero darle mi definición personal: «Es el acto soberano de Dios por medio del cual declara justo al pecador creyente mientras continúa en una condición de pecador».

La Tumba

El hombre sin pecado que había muerto por ellos. El amigo, el maestro, el Mesías, el Salvador estaba vivo. Nada volvería a ser igual. Desde ese momento en adelante, pasarán a la eternidad gozándose por lo que había ocurrido.

«PADRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU»

Nos motiva saber que Jesús en oración encomendó Su alma al cuidado de Su Padre porque Él sabía Su Padre le esperaba con anhelo para recibirle en el cielo. Esa misma seguridad de que será recibido en el cielo puede ser suya hoy.

«CONSUMADO ES»

Cristo cumplió la voluntad del Padre con respecto a la derrota del diablo. El grito final de Cristo al exclamar «¡Consumado es!» confirmó la eterna sentencia divina sobre Satanás, el enemigo de nuestras almas.

«TENGO SED»

Las siete profundas expresiones que Jesús pronunció desde la cruz, antes de Su muerte, enfatizan con gran claridad Su indiscutible humanidad. Ellas ilustran claramente que Cristo era uno de nosotros. No cabe duda de que no solo era Dios, sino también plenamente humano.

«¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?»

En Su muerte Cristo experimentó la separación de Dios, que fue la pena final por el pecado y la mayor agonía de todas. Gracias a Él, como creyentes nunca conoceremos tal sufrimiento. Nosotros tenemos la seguridad de que incluso cuando somos probados, Dios jamás nos dará la espalda.

«¡HE AHÍ TU HIJO!» «¡HE AHÍ TU MADRE!»

Jesús, el inocente Cordero de Dios, estaba muriendo una muerte horrible por los pecados del mundo, mientras observaba que al pie suyo estaban los encallecidos soldados romanos ¡jugándose Sus ropas! Una túnica sin costura valía más para estos hombres impíos que el Salvador del mundo.

«HOY ESTARÁS CONMIGO»

Ninguna cantidad de pecado o perversidad puede superar a la gracia de Dios. A Satanás le encanta distraernos haciéndonos acuerdo de nuestros fracasos pasados. Pero en Cristo tenemos el poder para vencer a Satanás y dominar la culpa de nuestro pecado.

«PADRE, PERDÓNALOS»

La verdad es que Dios sigue buscando a los pecadores espiritual­mente perdidos y les ofrece gracia y perdón por medio de Su Hijo Jesucristo. Además, el Señor quiere que Sus hijos modelen esa gracia y perdonen con amor a los demás.