Ahora que hemos establecido que la humanidad lleva la imagen de Dios y posee la habilidad de tomar decisiones, de establecer planes y de alterar el ambiente con tal de lograr esas metas, Salomón utiliza la naturaleza para ilustrarnos una lección objetiva.
Vida Cristiana
Examine su corazón
Hay dos rivales que contienden por el control de nuestros corazones: la pereza y la diligencia. Cada uno de ellos trata de utilizar sus armas para llevarnos a su bando. La pereza desea las cosas pero nunca logra alcanzarlas. Siempre está posponiendo cualquier situación.
Someter nuestro camino
La dilación puede parecer un dictador que no puede contradecirse ni confrontarse. Sus cadenas parecen irrompibles y sus decisiones parecen absolutas. Afortunadamente, Salomón nos asegura que lo único que tenemos que hacer es liberarnos y apoyarnos en el Todopoderoso y Soberano Rey del universo.
Malas intenciones
El hecho es que nosotros colocamos prioridades y realizamos aquellas cosas que nos parecen importantes. La forma en que utilizamos nuestro tiempo revela claramente nuestra prioridad.
Palabras venenosas
Cuando chismeamos, denigramos a las personas ante los demás. En ambos casos, hay engaño. Hoy consideraremos la confrontación destructiva. Ciertamente es directa y abierta, a diferencia de la forma cobarde de la lisonja y el chisme, sin embargo, el efecto es igualmente dañino.
Razones para evitar la tentación
Hemos hablado de las cosas que se deben evitar y hemos pensado en cómo evitarlas, pero no hemos explorado la pregunta de por qué debemos ser firmes contra la tentación.
Plan de pureza
Salmón le dijo a su hijo que evitara los engaños de una mujer tentadora y le dio cuatro instrucciones prácticas.
Huir de la tentación
Aunque prácticamente todos los medios de comunicación nos bombardean con materiales orientados a la sexualidad (un fenómeno que las generaciones anteriores no experimentaron), también enfrentamos otro peligro, ya que las oportunidades de cometer adulterio nunca han sido más prevalentes. Es más, vivimos en una sociedad que está más «relajada» que en ninguna otra época.
La batalla mental
No se equivoque. Estamos en guerra contra la lujuria y luchamos por mantener una vida pura desde el momento en que abrimos los ojos a la mañana hasta que apagamos la luz en la noche. El lugar de la batalla es nuestra mente y mucho está en juego.
Alimento para el alma
Entre tanto que analizamos el afán del descontento, tenemos que aprender cuál es el ingrediente secreto de una fabulosa cena: el amor.