Tal vez usted nunca se ha detenido a considerar que Dios se ha comprometido a un objetivo principal en las vidas de todos los suyos: conformarnos a la «imagen de su Hijo».
Adoración
Cultivando la Belleza Interna
La belleza externa es efímera. La belleza interna es eterna. La primera es atractiva ante el mundo; la otra agrada a Dios.
Misericordia más Allá de la Desdicha
Todas estas luchas terrenales que ocurren no son accidentes. Dios está en medio de ellas, obrando su voluntad soberana. Sí, es un misterio, lo que quiere decir que necesitamos misericordia especial para soportar la angustia y desdicha del dolor.
¿Deseos Egoístas o los Deseos de Dios?
El discipulado rehúsa dejarnos patinar por la vida salpicando por aquí y por allá unos pocos comentarios religiosos mientras vivimos como nos da la gana. Y nos dice: «No puede haber relación personal más importante para ti que la que tienes con Jesucristo».
Alegría en Todos Nuestros Días
La felicidad debe penetrar todos los años de nuestra vida. No tenemos que esperar hasta que lleguemos a alguna edad mágica en la que se nos permite abrir una rendija de la puerta y en silencio deslizarnos al campo de la felicidad. Está allí para que la disfrutemos todos nuestros días.
Un Lugar Para la Oración
Cuando uno quiere acercarse al corazón de Dios, tiene que alejarse del ajetreo, de la confusión, del ruido y las distracciones. . . Uno necesita un lugar aparte; un lugar en el que pueda separarse uno mismo de las distracciones de la vida diaria y encontrarse, a solas, con Dios.
Conociendo a Su Hijo
En lo que tiene que ver con criar hijos, cultivar un hogar fuerte en donde la felicidad y la armonía puede florecer, hay un punto primario de partida: conocer al hijo. Esa es la noción más profunda, el único secreto más útil que puedo darle sobre el tema de criar hijos.
Dios Nunca nos Hace Descarriar
Dios a veces nos grita mediante nuestro dolor, nos susurra cuando estamos descansando de vacaciones, ocasionalmente nos canta en una canción, y nos advierte mediante los sesenta y seis libros de su Palabra escrita.
La Alegría Compartida es Alegría Doble
El tener a otro cerca modera nuestro dogmatismo y ablanda nuestra intolerancia. Adquirimos otro parecer. Adquirimos lo que hoy, en nuestro mundo técnico, se llama «opinión».
Usted Perdió. Olvídelo
La obra de Dios se atranca cuando no somos lo suficientemente grandes como para recibirlo en la equidad y decir: «¡Perdimos!»