El anhelo de Job

¡Hay un futuro más brillante que sus sueños más fantásticos! Como lo experimentará Job algún día, la justicia se impondrá, Dios quitará el mal, y el bien eclipsará al mal. Al final, Dios es quien ganará. Y lo mismo sucederá con nosotros.

Gracia abundante

Peligro, lucha y tentación, por fin logré pasar; la gracia me libro de perdición, y me llevara al hogar.

Necesidad de gracia

«Señor, si nos estas enseñando algo por medio del aguante de Job, enseñarnos el valor de la gracia. Enséñanos cómo mostrar gracia. Enséñanos otra vez que la gracia es siempre pertinente. Que siempre se necesita. No solo la necesita un estudiante que está a punto de tomar un importante examen final. No solo una familia enlutada. Todos la necesitamos».

Descubrimiento decepcionante

Sin embargo, si usted decide ignorar esta oportunidad para tener esa esperanza, los otros resultados serán inimaginablemente espantosos. Si piensa en ello, esa clase de futuro hará parecer fáciles las pruebas de Job.

Dios tiene el control

Envejecer tiene sus beneficios. He aprendido a la brava que uno tiene que combatir el fuego con el fuego cuando los intimidadores están resueltos asumir el control.

Tocando la superficie

Nuestra cultura actual está tan ocupada, qué podemos volvernos expertos fingiendo que lo hacemos. Pudiera parecer qué estamos yendo a las profundidades cuando, en realidad, solo estamos tocando la superficie.

Preguntas inútiles

El mediador que él anhelaba no solo está vivo, sino además accesible y listo para oír su historia. A diferencia de los amigos de Job, Él no es un filósofo. Él es el redentor, su nombre es Jesús. Y cualquiera que viene a Él en busca de consuelo lo encontrará.

Un arbitro

Hay un solo mediador entre Dios y los hombres», y es identificado específicamente cómo «Jesucristo hombre». Cuando se trata de la vida eterna, no hay muchos mediadores. Solo hay uno: Jesucristo. No tenga miedo de ser tan específico. Jesús no lo tuvo.

Ahora lo sé

La gran noticia es que Dios nunca se encoge de hombros. Él nunca dice «no lo sé», sino que dice, con aguda percepción: «Yo sé exactamente por qué sucedió esto. Yo sé el camino qué estás tomando. Sé lo que haces. Sé cuánto tiempo estarás allí, y sé cuál va a ser el resultado final». Encogerse de hombros y la persona de Dios son incompatibles.

Buenos y malos consejos

Hemos sido insensatos, pensando que teníamos la razón, pero luego, afortunadamente, vino nuestro padre o nuestra madre, un maestro o quizás un amigo que nos hizo entrar en razón. El resultado es que fuimos beneficiados de su sabio consejo.