El poder de dos personas

Saulo tuvo una espera parecida en Tarso. Esperó con paciencia hasta que Bernabé fue a darle una palmadita en el hombro. Solo entonces dio paso al grave y altamente notorio rol del liderazgo. Para mí, nada es más atractivo en un líder talentoso y competente que la humildad auténtica.

Gracia Suficiente

Mi deseo es que usted y yo nos aferremos a la gracia y que cultivemos la firmeza en medio de nuestro sufrimiento, al igual que Pablo. Y, de paso, que nos independicemos de la frenética búsqueda de la felicidad tan generalizada en nuestra cultura.

Nada nuevo

Dios no es un mandadero celestial que nos trae solo cosas agradables y confortables a nuestra puerta. El Señor no existe para hacernos felices. Nosotros existimos para glorificarlo a Él.

¡No es lo que yo quiero, sino lo que Dios quiere!

El propósito de Dios no es garantizar su felicidad. No importa lo difícil que le resulte creer esto, es tiempo de que lo haga. El propósito no es que usted esté cómodo, feliz, libre de dolores y que alcance el éxito.

Gracia que no desaparece

Sin embargo, el recordar que Él nos está formando más y más a la imagen de su Hijo nos ayuda a comprender su respuesta está basada en el plan a largo plazo que Él tiene, no en nuestro alivio inmediato.

Un aguijón en la carne

Mientras Satanás lanzaba golpes contra la firmeza del apóstol, el propósito del Señor era volverlo humilde, para evitar que se exaltará a sí mismo. El orgullo no reside en el corazón del quebrantado, del destrozado, del herido o del angustiado de alma.

Desde la perspectiva de Dios

Si usted gime y deja que su semblante refleje alguna medida de agitación interior, la gente arruga la frente con actitud condenatoria como queriendo decir que usted no está andando en el Espíritu.

Confíe en Dios mientras espera en las sombras

Una razón importante por la que Dios nos saca de la escena y nos hace esperar en su sombra, es para recordarnos que somos la estrella protagónica; que no somos indispensables. Esa conciencia desarrolla humildad verdadera.

El cuarto de espera de Dios

El Señor usa las frustraciones para llevarnos a nuestro propio Tarso, conocido también como su cuarto de espera. Allí, Él comienza a trabajar en lo más profundo de nuestra alma hasta que, al igual que Saulo, logramos tener una nueva perspectiva que nos permite luego confesar: «Cuando soy débil, Él es fuerte».

Salido de las sombras

Aunque usted es una persona que ha tenido una buena educación, tiene experiencia y se desempeña bien en su campo de actividad particular, ahora se halla esperando. Se pregunta, y quizás ya se esté preocupando, si este período de espera será permanente.