Bajemos la guardia y seamos personas reales. Dios quiere que tengamos un corazón compasivo, amable, tierno, transparente, gentil, paciente, perdonador, amoroso y cariñoso. Todo eso deletrean la palabra R-E-A-L.
Vida Cristiana
La santidad de Dios, nuestra necesidad
En un mundo que ya está lleno de ego, personas que viven impresionándose mutuamente, y que se han separado del único Santo, merecedor de alabanza, debemos darle un vistazo a Él en Su incomprensibilidad. Él es nuestro Dios infinito.
Tocando una fibra sensible de armonía
Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio conjunto de capacidades en las cuales sobresalimos naturalmente. Dios planeó que haya diferencias, variedades y capacidades singulares en la iglesia. Era tan importante Su interés de que nosotros lo comprendiéramos, que lo mencionó varias veces en el Nuevo Testamento.
La gratitud por la guía de Dios
No hay un cristiano que esté leyendo estas palabras que no haya pasado por ese sendero o haya tenido dificultad para convencer a los demás de que lo que está haciendo es correcto. Muchos cristianos han soportado las miradas de desaprobación y quizás hasta el consejo bien intencionado de aquellos que nos dicen que no es buena idea
Creciendo hacia la madurez
Madurar, sin embargo, es una jornada cuesta arriba. Tenemos que dar todo de nosotros. Para comenzar, no podemos permitir que nuestra actitud tome el control. Si lo hacemos, nos volveremos personas negativas y quejumbrosas.
Ser mejores padres y abuelos
Los abuelos son buenos instructores, pero sus mejores lecciones son aquellas que se presentan con su propio ejemplo. Su cristianismo ha madurado, filtrado con el apretado tejido del realismo, los sufrimientos, la pérdida, la transigencia y el amor. Jesús no solamente es su Señor, también es su amigo y antiguo consejero.
Gratitud por la gracia
Existen algunas personas que hacen un gran esfuerzo para ocultar sus orígenes humildes. Con frecuencia pensamos que debemos enmascarar la verdad del pasado esperando que así las personas no piensen mal de nosotros, especialmente si el presente es mucho más respetable que el ayer. Pero la verdad es que cuando nos quitamos la máscara, generalmente la mayoría no se asusta; más bien se acercan más a nosotros.
Piedad en una cultura despiadada
Para el mundo, los cristianos evangélicos representan una gran cantidad de conceptos confusos y contradictorios. Decimos que hemos «nacido de nuevo» pero rechazamos la reencarnación. Hablamos en voz alta con alguien que no vemos. Fundamentamos nuestra vida en un libro que creemos que Él escribió, aunque no lo vimos hacerlo.
Generando un espíritu manso
Nuestro objetivo siempre debe ser el equilibrio. No solo parcial, sino todo en conjunto. La firmeza puede causar una imagen fría, distante, intolerante y hasta insoportable. El equilibro nos hace firmes y tiernos. . . audaces y gentiles, compasivos, considerados y con espíritu enseñable. Tal como Jesús.
Resistencia en las pruebas
¿Les estoy escribiendo a algunos peregrinos cansados? ¿Se ha vuelto el camino largo y la esperanza corta? Tome la determinación de terminar bien. Muchos comienzan la vida cristiana con gran emoción. Pero, ¿cuantas personas de setenta y cinco años o más conoce que terminaron su carrera con el mismo entusiasmo?