Días difíciles, Segunda parte

Días difíciles. A todos nos ocurren. Y la mayoría de nosotros, si somos honestos, tenemos que admitir que no los enfrentamos bien. Otros que nos aman tratan de ayudar, pero tienden a complicar las cosas.

Días difíciles, Primera parte

A la mayoría de nosotros no se nos hace difícil enfrentar dos o tres problemas durante el día, pero cuando empiezan a llegar como el granizo, sin alivio y sin razón, nos entra el sobresalto. También, con mayor frecuencia nos ponemos gruñones. Invariablemente, hay quienes nos aman y realmente desean ser de ayuda.

Determinación

Quítele a la vida la convicción, la disciplina y la determinación y usted le ha sacado el corazón de lo que es vivir de verdad. Usted ha eliminado el desafío que permite que el juego de la vida se mantenga estimulante y gratificante.

La caza de brujas, Segunda parte

Ya tenemos las manos llenas tratando de mantener un equilibrio razonable en la cuerda de la verdad. Si hay una cosa que el diablo no puede soportar, es la verdad.

La caza de brujas, Primera parte

Aquí tenemos un personaje que ha hecho algo malo. Nadie lo puede negar, es algo malo. Pero en vez de reconocer su culpa, aceptando su completa responsabilidad por lo malo, lo esquiva al señalar al «diablo» con un dedo acusatorio. ¿Por qué nos provoca risa? Es obvio. . . y a la luz de esa rutina graciosa, también es excusable.

Los celos

Los celos y la envidia son usados de manera sinónima, pero existe una diferencia. La envidia comienza con manos vacías, lamentando por lo que no tiene. Los celos no son tan así. Comienzan con manos llenas, pero sienten la amenaza de perder lo que les llena.

Dormir en la iglesia

La falta de presentar la Palabra de Dios con entusiasmo genuino acompañado por ilustraciones frescas y específicas, presentadas de manera impredecible pero apropiada puede causar aburrimiento. Una voz monótona solo añade otra dosis de difenhidramina a quienes están batallando con sus párpados.

El fantasma de Efraín, Segunda parte

No hay un logro que valga la pena recordar que no esté manchado con la sangre de la diligencia y rayada por las cicatrices de la desilusión. Correr, darse por vencido, escapar, aun escapar no resuelve nada. . . solo posterga el enfrentamiento con la realidad.

El fantasma de Efraín, Primera parte

La capacidad de «apagar» nuestras responsabilidades está ahora de moda. Hubo un tiempo en que cuando las cosas se ponían duras, los duros se ponían a trabajar en ello. ¡Ya no! La manera de ahora es «si empiezas a hundirte, salta, no trates de usar un balde para sacar el agua». Es «Si las cosas se ponen difíciles, desista, no se moleste».

Trabajólicos

Al escribir esto estoy pensando en la necesidad de tener equilibrio. Una medida de eficiencia y disciplina en esta vida es absolutamente saludable y necesaria. Ser fiel y dedicado a nuestro trabajo es encomiable. «Redimir el tiempo» es bíblico.