Que la pugna cese

¿Vive usted en pánico? ¿Tiene usted una actitud fastidiosa? ¿Sus intentos de autoprotección le causan más daño que bien? ¿Sabe usted que Dios quiere que usted descanse? Hebreos 4: 9 nos promete: «Por tanto, queda todavía un reposo sabático para el pueblo de Dios».

Dios en medio de nosotros

La reacción del salmista acerca de los sentimientos de debilidad personal continúa en el Salmo 46 ahora con un nuevo escenario que le impulsa a tomar otra resolución.

Una reacción de temor

El salmista muy probablemente era un sacerdote. Un hombre letrado. Él conocía muy bien la historia de Israel y sabía que el pueblo no siempre había seguido un sendero llano. Enfrentaba continuamente peligros de ejércitos extranjeros, así como peligros internos. Consecuentemente, el salmista busca ayuda en su Dios Todopoderoso.

El fracaso humano

Somos un saco de huesos, llenos de debilidades, demasiadas para contarlas. ¿Cómo entonces podemos seguir adelante? Necesitamos una gran dosis del Salmo 46. Este salmo trae esperanza aquellos que están luchando con el afán de la debilidad personal.

La verdad de Dios

El origen del conflicto interno de David que se muestra en los salmos 42 y 43 no se alejó después de su visita a las montañas donde fluye el río Jordán. Al regresar a Jerusalén, los problemas le esperaban. Según los versículos 1 y 2 del Salmo 43, David enfrentó otro ataque personal.

Solaz en la naturaleza

Las canciones de David sobre el conflicto interno no ofrecen respuestas sencillas; él es realista. David tuvo que enfrentarse a momentos muy difíciles varias veces en su vida así que sabía que solo pensar en sus bendiciones no iba a funcionar todo el tiempo.

La fidelidad de Dios

La batalla de David que tenía con su conflicto interno y que se presenta en los salmos 42 y 43 lo hace anhelar la presencia de Dios.

Un anhelo por Dios

David ansiaba a Dios así como un venado sediento en medio de un desierto estéril ansía un arroyo fresco. Imagínese un venado jadeando de sed. David dice que él está «jadeando» por el Señor.

¿Por qué sufrimos?

por Charles R. Swindoll8 de enero, 2024

Dios también permite el sufrimiento para que podamos aprender a depender totalmente en Él, no en nuestras propias fuerzas y recursos. ¿No es cierto que el sufrimiento hace eso? Nos obliga a descansar en Él de manera total y absoluta. Vez tras vez Él nos recuerda del peligro del orgullo. . . pero a menudo se requiere de sufrimiento para lograr que la lección sea permanente.

Un «lugar de disturbio»

Cuando ocurren cosas perturbadoras, cuando se dicen palabras nebulosas, cuando se escriben ciertas cartas que contienen palabras feas o se leen comentarios extremadamente críticos, empiezo a sentir una agitación interna.