Expresar el sufrimiento

Dios puede encargarse de todo esto; por lo tanto, dígale todo lo que siente. Dígale lo que hay en su corazón. Usted nunca podrá reponerse totalmente de su sufrimiento si no lo expresa del todo. Job no se quedó con nada. y ahora lo admiro más que cuando comencé a leer el libro.

Palabras de consuelo

Quiero escribir esto para los que están leyendo estas palabras, y que puedan estar en el foso, luchando por volver a la normalidad. Es posible que las cosas se les hayan vuelto tan sombrías que estén necesitando la ayuda de un psicólogo (o de un psiquiatra) cristiano competente para que le ayude a orientarse.

Cruda realidad

Job nos hace volver a la realidad, a la clase de realidad de Dios. ¿Recuerda la pregunta que le hizo Job a su mujer? «Recibimos el bien de parte de Dios, ¿y no recibiremos también el mal?» ¿Recuerda, también, sus palabras finales? «En todo esto Job no pecó con sus labios» (Job 2:10).

La presencia de Dios en el sufrimiento

El libro de Job no solo es un testimonio en cuanto a la dignidad del sufrimiento y de la presencia de Dios en nuestro sufrimiento. Es también la principal protesta bíblica contra la religión qué ha sido reducida a explicaciones o simples «respuestas».

Sin pedirlo

Los amigos entienden, y por eso dicen muy poco. Las palabras no son siempre lo que necesita quien sufre. Lo que el amigo necesita es a usted, su amigo.

Nuevas alturas para la fe

Nuestro Dios no tiene la obligación de dar explicaciones de lo que hace. Él no tiene que entrar en la habitación de un hospital, y decir: «Déjame darte 5 razones por lo que le sucedió esto a tu hijo». Entiéndame bien: Dios está lleno de compasión, pero Su divino plan a largo plazo está más allá de nuestra humana comprensión a corto plazo.

Aceptación total

Su mujer se ha convertido en la mujer que Dios está formando, y eso exige aceptación total y amor incondicional por parte de usted.

La verdad dicha con amor

Nuestras esposas quieren, con frecuencia, decirnos cosas mucho más importantes que todo lo demás que escucharemos en el día, pero por alguna extraña razón nos hemos formado el hábito de cerrarnos a su consejo.

Esperar y observar

Nunca esperábamos que nos sucediera esto. Tu corazón y el mío están destrozados por la pérdida. Lo perdimos todo. Bueno, pero no todo. Todavía nos tenemos el uno al otro. Nuestro Dios tiene un plan que está en desarrollo, aunque no podamos entenderlo ahora. Por tanto, esperamos y observemos para verlo que Él va a hacer después.

Comprensión, por favor

Los hombres nos debilitamos cuando nos golpea la aflicción y ésta no nos deja. En nuestra debilitada condición perdemos nuestra objetividad y a veces nuestra estabilidad. Nuestro discernimiento también es afectado y nuestra determinación disminuye. Nos volvemos vulnerables, y la mayoría no sabemos cómo manejarnos en ese frágil estado mental.