Cultivar el carácter

Como padre, usted tiene ocasiones en su vida, breves momentos, pequeñas ventanas de tiempo, en lo que puede tomar la iniciativa de ayudar a sus hijos a entender el valor de ser valiente.

Vigile sus palabras

No hay manera de estimar el número de personas que han sido dañadas por los rumores, las exageraciones y las habladurías. Es posible que usted haya sido víctima de esto.

Haga la diferencia

Pero, en medio de todo esto, Dios no estaba durmiendo. En su soberano plan, Él había determinado que una persona se pondría en la brecha, y su nombre es Ester.

Pedir y confiar

Usted, como individuo, tiene sus presiones, dificultades y circunstancias especiales, pero Dios le ofrece la manera de manejarlas para que usted llegue a ser su persona especial. La pregunta es: ¿Cómo?

Un espíritu hermoso y encantador

Es claro que Ester poseía algo que la hacía obtener la gracia de todos, desde el rey hasta la mujeres del harén que estaban compartiendo con ella por la atención y el amor del monarca.

Modestia y autenticidad

Si era la voluntad de Dios que estuviera allí, si era parte de su plan, entonces ello lo aceptaba con gozo. Si no era así, también renunciaría a ello con todo gusto.

Líderes con corazón humilde

El darse importancia mencionando a gente reconocida, o de renombre no aumenta la importancia de su propio carácter. En todo caso, lo que hace es reducirla. Nuestra gran necesidad es cultivar la disposición de aprender y seguir siendo dóciles.

Solidez y dignidad

¡Sea una persona conocida por saber guardar secretos! Eso es parte de una personalidad caracterizada por fortaleza y dignidad

Mundano y milagroso

En toda la trama de esta historia maravillosa, encontramos hasta aquí por lo menos tres lecciones perdurables. La primera tiene que ver con el plan de Dios. La segunda, con los propósitos de Dios. Y la tercera, con el pueblo de Dios.

No hemos sido olvidados

La presencia de Dios no es tan misteriosa como su ausencia. Su voz no es tan elocuente como su silencio. ¿Quién de nosotros no ha anhelado recibir una palabra de Dios, buscado un destello de poder, o suspirado por la seguridad de su presencia, solo para sentir que Él parece estar ausente en ese momento? Que está distante. Que está distraído. Que quizás no tenga interés. Pero después nos damos cuenta de lo presente que estuvo todo ese tiempo.