Juan proclamó que el sacrificio de Jesús quitaría todos los pecados del mundo, no solo los actos de pecado de un individuo, sino todo pecado y no hay pecado que supere la expiación del Cordero de Dios.
Aliento y Consuelo
El Verbo
Juan 1:14 dice que el Verbo «se hizo carne» y habitó con nosotros. Él, quien era inmortal, se hizo carne, dejó Su trono de gloria para estar con nosotros. En esencia, se hizo hombre para ser Emanuel, «Dios con nosotros», para que a través de Él pudiéramos leer el corazón de Dios, no de mano de los profetas, sino directamente de Su Hijo, el Verbo.
Maestro
Jesús, el Maestro, tiene el control. Hoy es igual de poderoso que cuando caminó sobre la tierra. Tiene control del viento y de las olas de nuestras vidas. Podemos acudir a Él con nuestros problemas y dificultades, con vidas llenas de males, seguros de Su compasión y habilidad para salvarnos.
Una vida de propósito
Algunas personas parecen vagar sin rumbo durante sus vidas, caminando sin ninguna dirección. Si una persona no tiene objetivos definidos claramente, no es de sorprender que adapte un estilo de vida sin definición ni propósito.
Hijo de David
La muerte, las relaciones fallidas, el aborto, la enfermedad: este mundo nos deja cegados por la tragedia, con los brazos extendidos, desesperados por la intervención de Dios en nuestras vidas. Pero igual que Bartimeo, podemos tener fe de que el Hijo de David escucha nuestras plegarias y nos puede sanar.
Hijo del Hombre
Además de establecerse a Sí mismo como el cumplimiento de la profecía, Jesús se nombró a Sí mismo Hijo del Hombre para recordar a los oyentes (y lectores) de la maravilla de la unión hipostática. (La «unión hipostática» significa que Jesús tiene dos naturalezas distintas, humana y divina, en una sola Persona. Él es completamente hombre y completamente Dios).
Rabí
Solo Jesús es digno del título Rabí. ¿Quién mejor que Jesús, el Verbo Encarnado, para interpretar la Palabra de Dios de manera impecable a las personas que vino a salvar? Su enseñanza es un conducto de la gracia de Dios.
Rey
Como creyentes, puede que nos preguntemos cómo es posible que Jesús sea el rey cuando la justicia y la paz son tan esquivas, tanto en nuestra vida personal como en el mundo que nos rodea.
Siervo
El nombre favorito de Jesús para referirse a Sí mismo en el evangelio de Mateo era «Hijo del hombre», un título mesiánico que encontramos en Daniel 7:13 –14.
Cristo
Creer que «Jesús es el Cristo» es creer que fue enviado por Dios para redimir a la humanidad y para gobernar como Rey de Israel. Curiosamente, Jesús usó muchos nombres para mostrar a la gente que era el Mesías, pero nunca usó la palabra Mesías o Cristo.