Creciendo hacia la madurez

Madurar es una jornada cuesta arriba. Tenemos que dar todo de nosotros. Para comenzar, no podemos permitir que nuestra actitud tome el control. Si lo hacemos, nos volveremos personas negativas y quejumbrosas.

Gratitud por la gracia

Existen algunas personas que hacen un gran esfuerzo para ocultar sus orígenes humildes. Con frecuencia pensamos que debemos enmascarar la verdad del pasado esperando que así las personas no piensen mal de nosotros, especialmente si el presente es mucho más respetable que el ayer. Pero la verdad es que cuando nos quitamos la máscara, generalmente la mayoría no se asusta; más bien se acercan más a nosotros.

Piedad en una cultura despiadada

Para el mundo, los cristianos evangélicos representan una gran cantidad de conceptos confusos y contradictorios. Decimos que hemos «nacido de nuevo» pero rechazamos la reencarnación. Hablamos en voz alta con alguien que no vemos. Fundamentamos nuestra vida en un libro que creemos que Él escribió, aunque no lo vimos hacerlo.

Resistencia en las pruebas

¿Les estoy escribiendo a algunos peregrinos cansados? ¿Se ha vuelto el camino largo y la esperanza corta? Tome la determinación de terminar bien. Muchos comienzan la vida cristiana con gran emoción. Pero, ¿cuantas personas de setenta y cinco años o más conoce que terminaron su carrera con el mismo entusiasmo?

Recordando que Dios es fiel

El vínculo esencial entre la gracia de Dios y nuestra paz es la misericordia—La compasión infinita de Dios demostrada activamente hacia los que están en miseria. Algo importante que hay que recalcar es que la misericordia no es lástima. No significa dolor o comprensión de nuestra prueba sino más bien el alivio divino que genera paz dentro de nosotros.

Dudas Diarias

El hombre se encontraba angustiado. Profeta o no, él estaba batallando con la justicia de Dios. Muy dentro de sí dudaba de la presencia de Dios. «¿Dónde está? ¿Por qué el Señor se ha desvanecido en el momento en que más lo necesito?»

Visiones Luminosas Brillan desde lo Lejos

Una falta de dirección específica o una palabra de aliento por parte de Dios dejó a los israelitas con una sola opción: confiar en que Dios continuaba obrando en su época tal como lo había hecho en el pasado.

Valor para el desalentado

Hay una mosca en la sopa de la decepción. Nosotros la hemos puesto allí. De modo que no hay nadie más a quien culpar sino a nosotros mismos. Deténgase a pensarlo un momento. ¿Qué es lo que hace que nos decepcionemos? Que nosotros ya lo teníamos figurado en nuestras mentes y habíamos anticipado cierto resultado o una respuesta que nunca se materializó.

CONTROLANDO NUESTRAS PALABRAS

El principio del eco es una de esas leyes inmutables en la naturaleza física y especialmente en la naturaleza humana. ¿A qué me refiero? Es muy simple. Recibimos a cambio exactamente lo que damos. Es más, en algunos casos recibimos aún más de lo que damos. ¿Recuerda las palabras de Jesús? «Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir» (Lucas 6:38).

VIVIENDO LA VERDAD

Una de las características más magnéticas de Cristo es Su consistencia. Cuando se le necesita, Él está allí. Y aun cuando usted piensa que no lo necesita, también está allí. Él nunca llega demasiado temprano o demasiado tarde.