Betsabé: Entrar en adulterio

Y esta es la lección que sacamos del pecado de Betsabé: todos somos responsables por lo que hacemos. Sea buscando una relación fuera del matrimonio o dejando de pase, todas elegimos lo que hacemos.

Abigail: Salvar el cuello del esposo

Bueno, los caminos de Dios son misteriosos. Pero no pensó eso. Inmediatamente puso un plan en acción que protegería a su esposo de daño, no porque lo mereciera o porque era bueno, sino porque ella era buena. Dios estaba obrando en el corazón de esta mujer. A pesar de la estupidez de su esposo, Abigail eligió ser fiel en su papel como esposa.

Rut: Encontrar la gracia de Dios en los tiempos difíciles de la vida

¿Quién habría adivinado que, en el momento más oscuro de la vida de Rut, la gracia de Dios brillaría más fuerte? Cuando más dolía su vida, Él redimió su pérdida y proveyó no solo para cubrir su necesidad inmediata sino también su salvación. . . además de tener un lugar de honor en el linaje del Salvador del mundo.

Débora: Liderar en tiempos de caos

Débora mantuvo su amor por su familia y tenía la convicción de que había más en su vida que solo trabajar en el hogar. Débora escuchaba la voz de Dios y llegó a un puesto de autoridad en la tierra durante un tiempo de gran inestabilidad.

Rahab: Demostrar una fe valiente

Y cuando alguien le recuerde de su pasado, con valor diga a esa persona: «Ya no soy la misma persona. Soy una nueva persona gracias a Aquel que murió por mí y me dio un nuevo nombre: hija del Mesías».

Miriam: Superar un espíritu orgulloso

Debemos tener cuidado con este pecado sutil de pensar que somos mejores de lo que realmente somos. Si no tenemos cuidado, pronto podemos encontrarnos en la misma posición que Miriam, tentados a faltar el respeto a nuestros líderes o pensar que sabemos más que Dios.

La Esposa de Lot: Tomar en serio a Dios

Esta es nuestra advertencia: si, por la gracia de Dios, usted decide dejar un estilo de vida malo, no mire atrás. Solo obstaculizará el proceso de recuperación. Hay algo desastroso que ocurre dentro de nosotros cuando recordamos el placer del pecado que antes nos arruinaba. Esa mirada atrás nos debilita.